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El Poder Sanador del Perdón

¿Qué debes saber sobre EL PERDÓN?

Por: Dra. Lis Milland

  1. Dra. Lis Milland. Suministrada.

    La mayoría de las personas que te han lastimado lo han hecho como resultado de sus propias historias. La gente reacciona según sus experiencias.

  2. Al perdonar, dejamos de culpar a otros y comenzamos a asumir responsabilidad sobre nuestros sentimientos, decisiones y comportamientos.
  3. Es importante aceptar la realidad de que no podemos cambiar a nadie, sobre la única persona que tenemos control de cambio es sobre nosotros mismos.
  4. Es válido contactarte con tus sentimientos y ser honesto con lo que aún te duele o te molesta.
  5. Cuando perdonamos sustituimos una historia de dolor por un testimonio de superación.
  6. Sólo tú puedes decidir perdonar.  En esencia el perdón es una decisión que nos libera del dolor emocional, el atraso espiritual y hasta nos evita enfermedades físicas.
  7. Es imposible tener una vida de gozo y victoria arrastrando una raíz de amargura.
  8. La persona ofendida es la más beneficiada al perdonar, aunque el ofensor no haya reconocido sus faltas.
  9. Completar el proceso de perdón requiere un tiempo y un trabajo que hacer para que las heridas sean cicatrizadas.
  10. Cuando perdonas abonas grandemente a ser feliz.

A continuación reproducimos parte del reportaje sobre este tema que publicamos la pasada Cuaresma y que se basa en una entrevista sobre el tema del perdón a la Dra. Lis Milland. El mismo es un análisis extraordinario sobre este tema que nos ayuda a entender la importancia de perdonar.

Impacto del Perdón en la Salud

Por: Ivelisse Agostini
iagostini@placerespr.com

El perdón es un razonamiento extremadamente difícil de comprender para el hombre.  Es, sin embargo, un agente liberador y una experiencia que nos lleva a entender la incapacidad que tenemos de aceptar hechos que nos han marcado y nos causan sufrimiento.  El acto de perdonar es uno de magnitud y justicia, tanto para el que pide, como para el que otorga; pero es aún más impactante, cuando se trata de perdonarnos a nosotros mismos.

Perdonar es un acto de amor que nos ayuda a recuperar la paz. Foto: Suministrada – ID 95222597 © Iakov Filimonov | Dreamstime.com

La ausencia del perdón genera grandes insatisfacciones, sentimientos de culpa, resentimiento e ira, entre otros.  En contraste, el perdón activa en nosotros la paz y la armonía. Más importante aún, perdonarnos y perdonar es, en muchos casos, la clave para tener salud emocional y espiritual.

Decididos ya a hablarles de la fuerza del perdón, tuvimos la gran oportunidad de ver por Facebook Live, un programa dedicado al perdón en el espacio que transmite el Ministerio Valora Tu Vida, en Nueva Vida 97.7FM, todos los domingos a las 9:30 am. La invitada para hablar sobre este tema, tan oportuno en tiempos de Cuaresma, era la Lis Milland, doctora en consejería, que desde su perspectiva profesional y cristiana ha escrito varios libros: La Puerta está Abierta: Una Guía de Sanidad Interior; Vive Libre, Vive Feliz y El Perfil Psicológico de Jesús.

Según describe la Dra. Milland, el perdón es una destreza que se desarrolla con la práctica y la vida te presenta situaciones para ejercitarlo, como en ocasiones en que alguien traiciona tu confianza o quebranta tus expectativas; cuando no valoran lo que con amor ha entregado tu corazón.  Pero, según advierte “el perdón a nosotros mismos es el más difícil de lograr y es difícil de identificar la necesidad de hacerlo”. Según describe: “La falta de perdón a nosotros mismos está enmascarada y se manifiesta en conductas y comportamientos autodestructivos, cuando se boicotea la felicidad; cuando sientes que no mereces cosas buenas en la vida y las saboteas”.

La doctora describe que en sesiones de terapia, en las que se profundiza en la raíz de los problemas y de los comportamientos, es común que se descubra que hubo un evento del pasado al que no se le ha dado ‘cierre’, en los que la persona siente que falló, que actuó mal y que no se ha perdonado por ello. Como síntoma del que necesita perdonarse a sí mismo se ven la autoagresión, el autocastigo, manifestado con comportamientos en contra de sus valores, principios y moral. Quienes se sienten culpables reconocen cuando hacen algo mal, pero lo hacen de todas formas como una forma de autocastigarse, “Los creyentes se castigan sabiendo que el peor castigo es hacer algo que no te hace bien ante los ojos de Dios”, destacó la doctora. Como ejemplo de ello, la terapeuta menciona que una persona puede caer en el adulterio, en el uso y abuso de sustancias –particularmente del alcohol–; en auto-sabotear metas personales, como terminar de estudiar o comenzar un negocio que ya está a punto de lograr y, hasta rechazar a una buena pareja que llegue a su vida por creer que no la merece.

Algunas personas que no logran perdonarse a sí mismos, se auto-castigan y sabotean su felicidad porque creen que no merecen las buenas cosas. Suministrada.

Por la falta de perdón, la auto-estima y el valor propio se van al piso porque la persona siente que no merece lo bueno en su vida. “Nadie está exento, ni siquiera los cristianos, porque no tiene que ver con lo espiritual si no con procesos emocionales que no están resueltos. Aman a Dios pero tienen situaciones psicológicamente profundas”, aclara la también autora de libros. El sentido de culpabilidad puede ser por infinidad de causas. Y es que, según explica la doctora, los eventos que ocurren en la vida de un individuo, particularmente en su niñez, son los que crean los sellos de culpabilidad, pues es en esta etapa que figuras influyentes como padres, abuelos y maestros, les hicieron sentir culpables. Como ejemplo, la doctora menciona que hay madres que les dicen a los hijos que aguantaron una relación infeliz con su papá por ellos o padres que mencionan que no han alcanzado metas personales por ellos.  “No se hace a conciencia, pero tiene un gran impacto.  Se hace por ignorancia”, nos dice.

Citando versos bíblicos, la Dra. Milland nos recuerda que la palabra tiene poder y que lo que entra por nuestros oídos es tan grande que afecta nuestra identidad y la formulación de quiénes somos y cómo nos vemos a nosotros mismos. “Todo lo que sale de la boca lo escuchamos y lo escuchan…mientras más se repite una verbalización, más influye. Cómo te ves a ti mismo viene como resultado de mensajes” recalca, refiriéndose, tanto a lo que tú mismo dices, como a lo que escuchas que te dicen. El remedio: verbalizar lo contrario, hacer verbalizaciones positivas, preferiblemente en voz alta y con muchas repeticiones, redimiéndote de la culpa. Además de la verbalización de afirmaciones positivas, la escritura es una excelente técnica sanadora, particularmente afirmando lo bueno que hay en cada uno, de esa verdadera identidad que viene de Dios, perdonándonos como Él nos perdona. De hecho, si se quiere hablar de “la culpa”, la doctora menciona que ésta nunca es responsabilidad de una sola de las partes y que no existe una cinta métrica que determine quién tiene la mayor responsabilidad. “Los modelos psicológicos más modernos hablan de que cada persona es responsable de sus acciones; no se habla de víctimas, se habla de sobrevivientes; de que tuviste responsabilidad, pero tienes el poder de salir y tener una vida buena y aprender de la experiencia. Toda vivencia es para aprender, no para sentirse culpable, explicó la doctora. Desde esa perspectiva, ella misma menciona que hay que dar gracias al Señor por los errores cometidos, porque de ellos es que se aprende y se crece.

Para los cristianos, el mejor ejemplo de perdón lo ofreció Jesucristo. CCO Creative Commons

En torno al perdón hacia otras personas y el sentimiento de rechazo y dolor a quien nos hirió, la doctora nos dice que “Lo primero que hay que saber es que perdonar es una decisión. Lamentablemente hemos escuchado que hay gente que ha determinado no perdonar porque tienen la falsa idea de que cuando otorgan el perdón a la otra persona es porque el otro lo merece, o porque el perdón a quién beneficia es a esa persona”, describe la terapeuta. Según nos explica, la decisión de perdonar es de mayor beneficio para la persona herida. “No es por el otro, es por ti, porque el perdón te libera del dolor. Tú mereces ser feliz, no vivir con esa herida, ese bloqueo. Para disfrutar de las cosas gloriosas que el Señor tiene para tu vida, es fundamental que decidas perdonar”, afirma.

Otro mito que existe, según la entrevistada por el conductor del programa, David Méndez, es que hay que esperar a que la persona te reconozca el daño que te hizo, se arrepienta y te lo diga. “Tienes que decidirlo por ti, independiente de la persona que te ha lastimado… la mayoría de las personas no saben que te han lastimado, no tienen la conciencia de la magnitud del daño que te han hecho, porque ellos son sobrevivientes, que te lastiman como ellos fueron lastimados. Tú eres el eslabón que rompe la cadena. Toma la decisión de perdonar aun sin que lo hayan admitido”, aconsejó. Está probado que para tener salud espiritual y emocional hay que perdonar primero. “Para desarrollarte espiritualmente y para crecer emocionalmente y tener vida de gozo y paz tienes que haber pasado por el proceso de perdonar a quien te ha lastimado”, afirmó la psicóloga.

Desde su enfoque espiritual como cristiana, Lis Milland nos recuerda que Jesús es el perdón encarnado que nos reconcilia con el Padre. “Él es el canal donde se manifiesta el perdón de Dios hacia nosotros y se materializa cuando lo reconocemos como mediador y salvador”. Como ejemplo, la doctora nos recuerda que en su vida práctica Jesús lo aplicó al perdonar a Judas, quien era el tesorero de su ministerio y traiciona su confianza vendiéndole y con Pedro, que lo niega tres veces y sin embargo es por quien primero pregunta al resucitar.

Al final, desde cualquier perspectiva, perdonar no solo es un acto de amor, es una necesidad para liberarnos de cargas negativas que nos hacen infelices y nos afectan emocionalmente, una herramienta para lograr la paz y la felicidad.

NOTA: La Dra. Lis Milland es la directora del Centro de Consejería Armonía Integral, organización que se dedica a ofrecer talleres que propendan al mejoramiento del ser humano y a ofrecer herramientas para superar los conflictos emocionales del hombre y la mujer del siglo XXI. Para terapias, conferencias y predicaciones, puede llamar al 787-396-8307 o escribir al armoniaintegral@hotmail.com


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