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Enséñales a Ahorrar

Editorial

Se sigue anticipando una posible crisis económica a nivel mundial. En el caso de Puerto Rico, es inevitable que nuestros pequeños estén siendo expuestos a la variedad de discusiones sobre este tema y su posible impacto en nuestros hogares, algo que hay que manejar en positivo.

La realidad es que éste no es un asunto que los niños puedan comprender o razonar de forma espontánea, ni es parte del currículo escolar. Esta es materia que tenemos que enseñar en el hogar.

Vivimos en una cultura de consumo que literalmente “bombardea” a los niños, mientras estos ven programas infantiles, para que compren todos los juguetes, dulces, meriendas y artículos que se anuncian en TV.  Por ello, no es raro escucharlos diciendo: “Quiero ese juguete para mí, o para mi hermano(a), o mi prima(o)…”.  Tampoco es excepcional que se aprendan los nombres de juegos, y que no bien tengan cercano a un adulto, se los pidan como si fueren regalos que no cuestan. Peor aún, los adultos nos dedicamos a darles esperanzas de regalarlo para su cumpleaños o Navidad.

Según estudios al respecto, es durante la primera infancia cuando debe enseñarse a los niños a ahorrar, a gastar de forma inteligente en lo que se necesita, no en lo que se quiere. Lo anterior conlleva que se enseñe a los niños el valor de las cosas y no el del dinero.  Enseñarles que el dinero, ayuda a que se puedan tener cosas importantes, lo cual implica que el niño debe aprender lo que es necesario para vivir, primero que nada, y la diferencia de ello con “antojos” o “caprichos”.  En cuanto al valor económico, debe comenzarse con esta destreza desde los tres años edad, que es cuando los niños empiezan a entender la diferencia entre valores (números), luego a los cuatro enseñarles las monedas, y a los cinco, la importancia de ganar y ahorrar. 

¿Cómo se logra?

Estudios hechos por la Universidad de Cambridge, en Inglaterra, demuestran que también en la primera infancia es que se deben enseñar valores humanos como el de trabajar, tener independencia, responsabilidad y honestidad.  También es el momento de enseñar a los niños  a saber enfrentar la consecuencia de sus decisiones (causa y efecto) y lograr que entiendan vale la pena hacer las cosas de forma correcta.

A continuación te damos una lista de prácticas aconsejables para lograr que los niños aprendan a ahorrar desde pequeños:

  • Enseñarlos a compartir lo que se tiene
  • Enseñarles a hacer intercambio
  • Enseñarles a conservar/cuidar las cosas que tienen para que les duren. Esto se logra manteniendo en juego uno o pocos juguetes.
  • Exponerlos o llevarlos a que conozcan que otros niños carecen, y proponerles ahorrar o donar cosas, en buenas condiciones,  que otros pueden usar.
  • Jugar con ellos juegos que muestren valores más o menos altos para aprender diferencia y concepto de costos.
  • Enseñarles que el dinero, si se gasta todo, se acaba.
  • Jugar con ellos al colmadito y ponerlo en práctica cuando nos acompañan a las tiendas. De esta forma aprenden a comprar lo que hace falta solamente, a conocer precios y diferencia entre calidad, durabilidad y simple entretenimiento
  • Comprarles una alcancía para que ahorren con un propósito importante, que justifique sea un “evento” abrir o romper la misma.
  • Incentivarles con pequeños premios para que hagan labores de rutina.
  • Proponerles metas que requieran esfuerzos sobresalientes para ganar dinero con el propósito de adquirir algo más costoso
  • Explicarle a los niños lo que cuesta ganar el dinero, demostrando el valor y el orgullo que se siente recibir recompensa por el trabajo. De igual forma, dejarles saber que se puede gastar muy rápido y que hay unas obligaciones que son prioridad.
  • Desde los seis años se puede establecer una mesada, lo cual puede ser positivo si la misma es supervisada por los padres. Habrá ocasiones en que se les puede dejar gastar por impulso para que aprendan con dolor que si “botan” el dinero, esto tendrá consecuencias.  Según crezca el niño, hay que dar mesadas mayores con menos frecuencia (1x al mes), para logar mayor sentido de responsabilidad.
  • Dejarles saber a qué se va al banco y, luego de conseguir que ahorren una buena cantidad, enseñarles que pueden depositarlas en una cuenta de ahorro, en lugar de gastar el dinero. En esta etapa es sumamente importante que el niño o el joven determine otro propósito para los fondos de esta cuenta, pero que entienda que el dinero no siempre se tiene que gastar.

Demostrado está que querer tener más de lo que podemos, o gastar más de lo que ganamos, y no saber ahorrar, es lo que nos lleva a crisis económicas personales e institucionales.  Por eso, nosotros tenemos que dar el ejemplo a nuestros chicos y enseñarles a ahorrar.  Con ello podrán aspirar a un futuro mejor.  Por eso, ¡No lo pospongas…!


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