Insustituible Abanico de Mano
Por: Ivelisse Agostini editorial@placerespr.com
“¡Qué calor!” es el comentario que primero escuchas cuando alguien llega a reunirse contigo en algún lugar al aire libre. Y, es que desde hace unos días. el calor, no importa si llueve o hace sol, se ha convertido en el tema de conversación de todos los que vivimos en la Isla del Encanto. Para “combatirlo” hace falta llevar la ropa adecuada, fresca y liviana, pero también, existe un accesorio que yo no dejo nunca cuando cambio de cartera: “el abanico de mano”. Este es un accesorio que de alguna manera sigue manteniendo su tradicional diseño, que representa un distintivo muy femenino y un excelente regalo para quienes vivimos la “difícil vida en el Trópico”. En Puerto Rico es posible adquirir hermosos abanicos tanto en tiendas finas de accesorios locales, en varios lugares en el Viejo San Juan o a través de sitios de la Internet. Curiosamente, a la hora de vestir, aunque prevalezcan los de estilo tradicional, para quienes van a la moda, el factor a considerar es el color que combine con tu ropa y algún motivo que te agrade, porque realmente no hay diseños que se adapten a temporadas ni modas. Además, debes considerar el material conque es confeccionado para distinguir si usarlo de día o de noche, o como muestra de mayor o menor elegancia.
Como fanáticos de lo que nos parece un excelente complemento para estos tiempos, traemos para ustedes un poco de historia y del simbolismo del abanico.
Un poco de historia
Gracias a pinturas de las antiguas civilizaciones egipcias, griegas y romanas, se sabe que los abanicos datan de tiempos inmemoriables, entonces utilizados para ‘refrescar de calor’ y proteger de los insectos a los poderosos lideres, entonces eran grandes abanicos confeccionados con plumas. Sobre los más pequeños, se sabe que en las culturas orientales lo utilizaban como un accesorio importante, tanto hombres como mujeres. Todavía con plumas, entonces muy finas, pero confeccionados con mangos de lujo, se sabe que eran un artículo de mucho uso durante la Edad Media.
Se supone que el abanico de mano plegable es un invento japonés y, de hecho, este país y otros asiáticos son los que comenzaron a venderlo a mercaderes que los introdujeron en Europa. Los abanicos se hicieron famosos en las cortes europeas y con ello adquirieron fama y valor, particularmente los franceses, siendo Catalina de Medicis una de las reinas con una de las coleccionas mas valiosas.
Pero el verdadero auge del abanico llegó con el Siglo XVII, donde ya se diseñaban para ser utilizados, dependiendo de la ocasión y, si era el caso de una fiesta, jamás debía repetirse el mismo. Mejor aún, el abanico comenzó a representar un arma de seducción para la mujer y, con ello, se crea un lenguaje particular entre las damas ‘casaderas’ de la alta sociedad.
Lenguaje del Abanico
Formas de abanicarse:
- Despacio – “Estoy casada”
- Rápido – “Te amo”
- Levantando el cabello o la “pollina” – “No te olvido o no me olvides”
Movimientos particulares:
- Abrirlo y cerrarlo lentamente – “Eres cruel”
- Abrilo y cerrarlo rápido – “Cuidado, estoy comprometida o casada”’
- Abrirlo despacio – “Espérame”
- Abrirlo con la mano izquierda – “Ven y habla conmigo”
- Cerrarlo despacio – “Sí”
- Cerrarlo rápido y violentamente – “No”
- Dar un golpe a un objeto con el abanico – Impaciencia
- Sostenerlo abierto con las dos manos – “Mejor es que me olvides”
- Cubrir el rostro con el abanico abierto – “Cuidado, nos vigilan”
- Cubrir los ojos con el abanico abierto – “Te quiero”
- Cubrirse del sol – “Eres feo, no me gustas”
- Arrojarlo – “Te odio”
- Dejarlo caer – “Te pertenezco”
- Prestar el abanico a alguien – Mal presagio
- Darle el abanico a su madre – “Te despido, se acabó”
- Sostenerlo con la mano derecha frente al rostro – “Sígame”
- Sostenerlo con la mano izquierda frente al rostro – “Busco conocimiento”
- Sostenerlo cerrado sobre oreja izquierda – “Quiero que me dejes en paz”
- Deslizarlo sobre la frente – “Has cambiado”
- Deslizarlo sobre la mejilla – “Te quiero”
- Deslizarlo sobre los ojos – “Vete por favor”
- Moverlo con la mano derecha – “Quiero a otro”
- Moverlo con la mano izquierda – “Nos observan”
- Apoyarlo sobre los labios – “Bésame”
- Abrirlo tapando la boca – “Estoy sola”
- Pasar el dedo sobre las varillas – “Tenemos que hablar”
- Presentarlo de frente cerrado – “¿Me quieres?”
Llegado el Siglo XX el abanico comenzó a identificarse como un accesorio exclusivo para la mujer, y aunque su uso no tiene el auge que una vez tuvo, éste sigue siendo de mucho uso y se combina con los colores de nuestro atuendo.
Para muchas damas distinguidas, el abanico es un artículo de colección que por su valor sólo es utilizado en ocasiones muy especiales. De igual forma, es muy común que tengamos versiones económicas y hasta desechables, pero éstas nunca podrán sustituir el movimiento, el colorido, la elegancia, ni podrán “hablar” como uno fino lo hace.
Lo mejor de todo, es que con el calor del momento, cada ves que llevas un buen abanico de mano, te conviertes en “la envidia del vecindario”.
NOTA: Para la realización de este reportaje fueron consultados los siguientes sitios de la Internet: www.entrelcaosyelorden.com y www.rnovelaromantica.com