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Relaciones Tóxicas

Por: Sylvia A. Agostini

En sus inicios, cuando una relación familiar, amistosa y/o amorosa nos parece atractiva es porque aparenta llenar una de nuestras necesidades más íntimas. Por eso, nos involucramos con seres con los que parece compartimos aspectos comunes que nos complacen. Sin embargo, con el paso del tiempo, esas primeras experiencias pueden cambiar y perder su equilibrio. La persona más afectada sentirá que quien decía amarla o apreciarla lo expresa en forma equivocada, con actitudes egoístas y desconfianza; manipulando la vida del otro y generando una posición de control que va creciendo de forma paulatina.

Lo cierto es que hay personas que consienten estos cambios, bien sea por su baja autoestima o porque temen a las consecuencias de romper. Se les hace difícil concebir estar sin pareja y/o perder lo que han logrado a través de su relación, en términos sociales o materiales. En cualquier caso, han creado una dependencia significativa y, posiblemente, se han acondicionado a vivir en la mendicidad afectiva.

En relaciones tóxicas, uno y otro suelen acudir al chantaje emocional porque suelen juntarse “el hambre y la miseria”. Suministrada.

Esta situación no distingue sexo, posición social, ni la profesional de los involucrados. De lo que se trata es de la incapacidad de tomar la decisión para dejar de ser las víctimas de una historia en la que abundan los desacuerdos e insatisfacciones, donde la relación se ha convertido en un cúmulo de frustración, decepción y dolor.

Cuando estamos en semejantes circunstancias, amerita que hagamos un análisis del grado de deterioro personal en que hemos caído tras habernos diluido en la otra persona, al grado de lo adictivo. Peor aun, el temor a dejar a quien manipula nuestras emociones nos paraliza, sea porque tenemos dependencia o porque tememos a su reacción ante algo que la otra persona puede interpretar como un desprecio. Y, es que una relación que se mantiene por pena o por no querer estar solo(a), hace infeliz a una o ambas partes y no debe prolongarse pues conlleva deterioro moral y emocional y despierta inseguridades y corajes.

Señales de una relación tóxica:

Falta de equilibrio y/o correspondencia en la relación, en torno a sentimientos, afectos, consideraciones y responsabilidades
Te sientes que no tienes poder decisional y que la otra parte considera más lo que otros opinen
Te sientes infeliz cuando estás con esa otra persona

Puede sucederle a cualquiera, sin distinguir sexo, nivel social, ni profesional. Suministrada.

Sientes miedo a romper/cortar la relación, a veces por pena, otras por temor a quedarte solo(o)
Te sientes liberado y hasta recuperas la alegría cuando no estás con esa otra persona
Descubres mentiras frecuentes o pierdes la confianza en la otra persona. En ocasiones lo admites como correcto, pero luego te sientes miserable
Descubres que el pasado es tu realidad porque el presente no tiene nada que te satisface
Descubres que el chantaje es tu medio para lograr que la otra persona haga lo que necesitas
Descubres que la persona que creíste cercana y compatible no existe, si no que la habías idealizado.

Con el tiempo, si la relación es tóxica, nada evitará que lleguemos a la conclusión de que hemos permitido que se nos reste valor y de que hemos olvidado nuestras necesidades, mientras la relación se torna hostil y en cierta medida dolorosa. No todo tiene que ser perfecto en una relación, pero lo normal es aspirar a que nuestras amistades o parejas maduren y evolucionen con nosotros y que de la experiencia se derive enriquecimiento, no frustración. Lo complicado será dejar atrás las amistades o parejas que nos laceran por no tener valor para romper esa codependencia. Lo ideal, es que las partes reconozcan sus mutuas equivocaciones y ante la necesidad de una separación, continúen adelante, respetando los vínculos familiares, profesionales o de amistades comunes. Ese ideal, puede resultar difícil si se ha roto la comunicación, algo que es importante superar con el tiempo.

Cómo salir de una relación tóxica:

Repasa las señales antes descritas e identifica si algunas de ellas se manifiestan entre tus amistades y/o pareja
Deja el miedo atrás, ninguna de estas personas ha estado toda la vida contigo, tú puedes salir adelante solo(a) más fácil sin personas que coarten tu independencia de criterio o tu capacidad de lograr objetivos. Recuerda que el miedo es contrario a la FE y apégate a tu lado espiritual y de conciencia para fortalecerte.
Invierte tiempo en ti mismo y en evolucionar. Identifica tus áreas más vulnerables, así como las fuertes, y trabaja con ellas para fortalecerte.

Somos nosotros los responsables de salir del lastre que nos marca y, como toda pérdida, habrá que pasar por las etapas del luto hasta sanar, algo que puede tomar su tiempo, pero debemos evitar que se prolongue. Logrado ello, con o sin ayuda profesional, volverás a tener la oportunidad de compartir con nuevas amistades o parejas que enriquezcan y aporten a tu vida.

Tras el luto, a través de perdonar y perdonarte, con el tiempo sanan las heridas. Suministrada.

Recapitulando, en una relación tóxica una de las partes domina y absorbe a la otra, algo que no tiene que ver necesariamente con la forma en que se manifiestan las emociones de uno y otro, pues en ocasiones el/la que aparenta ser más controlado(a) y apacible, puede resultar ser el más egoísta y manipulador(a). De otra parte, cuando una relación es destructiva, sea de amistad o de pareja, lo usual es que uno y otro acudan al chantaje emocional como resultado de que se han juntado “el hambre y la miseria”. Por eso, no debe esperarse a que la relación se torne hostil, ni que alguno se convierta en una bomba de tiempo que explote, quizás con quien menos lo merece o consigo mismo. Para ello, es recomendable buscar ayuda, meditar y analizar la situación, hasta comprender que pueden dejarse atrás las culpas y los resentimientos, para levantarse y volar tal cual ave fénix. Lograrlo permitirá salir edificada(o) y curada(o) de lo que en algún momento pareció difícil o imposible…

Si este es tu caso, no temas porque, aunque sea difícil, el tiempo todo lo pone en su lugar y hasta el que más aparenta resentir que se haya roto la relación, podrá renacer de las cenizas.