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¿Disciplinas saludablemente a tus niños?

Por: Myra Sánchez
editorial@placerespr.com
 

El hecho de que los padres tengan a sus hijos todo el tiempo en casa, debido a las regulaciones establecidas para evitar contagio del COVID-19, es una experiencia complicada, particularmente en lo que se refiere a la educación escolar y al reto de adaptarse a la llamada nueva normalidad. La tensión aumenta, los niños se aburren, no paran de comer y comienzan a portarse mal o quejarse constantemente. Llegado un punto, los padres pierden la paciencia, a riesgo de verse “disciplinando” a sus hijos de mala manera, en ocasiones, llegando al maltrato.

A esos efectos, quisimos recordar la importancia de disciplinar a nuestros hijos de forma saludable y, comenzamos alertándote que a los niños, igual que a los adultos, “se les predica con el ejemplo”. Por lo tanto, no importa las herramientas que utilices, si tus hijos comprueban que te comportas diferente a lo que esperas de ellos, no hay forma de que aprendan a respetarte. Por ello, es importantísimo que entiendas que “el maltrato” tiene que estar fuera de la “ecuación”, tanto el físico, como el verbal. ¿Sabes cuál es la razón principal para evitarlo? Que esos hijos que tanto amas, no van a recordar el aspecto de la disciplina, ni lo que tratabas de corregir/enseñarles, sino el dolor y el daño que les hiciste, algo que usualmente no perdonan y que les origina traumas con los que cargan toda la vida.

niños levantando manos

La edad idónea para sentar las bases de la disciplina en los niños es entre los 3 y los 5 años. Suministrada.

La edad idónea para enseñarles disciplina a los niños es cuando están en etapa pre-escolar, entre los 3 y los 5 años. Cuando van a una escuelita, se facilita que aprendan sobre límites porque hay otros chicos y no pueden tener atención exclusiva para ellos, por lo cual pueden aprender a esperar su turno, a no interrumpir y a compartir. De otra parte, es en casa donde realmente se les enseña a comportarse y donde se deben corregir, en todos los sentidos. Para esto, hay que dedicar tiempo, aunque papá y mamá salgan ambos a trabajar. La clave se supone que sea darles las instrucciones y dirigirlos correctamente cuando están bien pequeños y, cuando son más grandes, comunicarse lo  mejor posible, o sea, hablarles claro. Lo anterior a partir de que sepas que entienden tus explicaciones.

Lo mejor que funciona en esta etapa es el “time-out”, o sea, que le apartes del entretenimiento por un tiempo breve. Debes de llevarlo a algún rincón donde puedas “vigilarlo”.  La idea es que entienda que a quienes se portan mal se les priva de la diversión y de la compañía. Por lo tanto, tienes que asegurarte de que cumpla su tiempo. Además, tienes que asegurarte de que, terminado el tiempo del “time-out”, podrás sentarte a hablar con él o ella y recordarle lo que hizo mal, porqué está mal y darle el consejo adecuado para corregirle y que no vuelva a repetir la acción. Con esto, no sólo “cierras” el evento, si no que el niño(a) no tendrá excusa para repetir esta falta de disciplina, a menos que quiera pasarse la vida en “time-out”.

Un problema frecuente de los niños de hoy es que por los “excesos” resulta complicado que se mantengan distraídos y se pasan la vida protestando, peleando o se conviertes en figuras egoístas que no comparten y lo quieren todo para sí. Ante ello, el “time-out” es útil, pero también lo es privarlo, por tiempo breve (dos o tres días, dependiendo gravedad) y mediante explicación, del juguete o de un entretenimiento en particular. Con ello, aprenderá a valorar las cosas y a mejorar su actitud. Por supuesto, ante la posible ‘pataleta”, recuerda que puedes combinar ambas herramientas y será todavía más importante que te sientes a discutir la situación luego. Asegúrate de no perder el control, perderlo te quitará el respeto y se reducirá la efectividad de este ejercicio.

Al final, los estudiosos de la conducta infantil nos recuerdan que lo más importante en el desarrollo de los niños es la comunicación con los padres. En ese sentido, tienes que asegurarte de conocer los detalles de lo que ha ocurrido en su día, mientras no haya estado contigo, si es que los has dejado al cuidado de otra persona y provocar que el canal de comunicación que abras con él sea agradable, sutil. Ese tiempo es muy importante para conocer lo que le preocupa y las actitudes que ha asumido en diferentes circunstancias. Ese canal de comunicación tiene que estar siempre abierto, incluso para decirle, si no puedes tener tiempo de calidad en un momento dado, que quieres sentarte a  “hablar con él” y hacer una cita antes de que se duerma. Si tienes varios hijos, organízate, porque todos requieren igual atención, pero no les falles.

Para ayudarte a conocer cuán bien vas en esto de disciplinar y poner límites a tus hijos, te facilitamos el siguiente enlace para que contestes un Test. Contestando pocas preguntas con un Sí o un No, obtendrás una guía de las áreas en dónde debes mejorar. Test: http://www.psicoactiva.com/tests/test.asp?idtest=7


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