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Bienaventuranzas “En la Brecha”

Por: Ivelisse Agostini

Tras haber pasado interminables meses viviendo algún tipo de aislamiento, muchos se acostumbraron a vivir en remoto las experiencias que antes disfrutaban de forma presencial. Y, digo disfrutaban, porque no hay nada como estar en contacto con otras personas con las que existe sintonía y sentir la buena energía que se transmite con más fuerza que cualquier virus. Eso ha pasado a todos los niveles, incluyendo congregarse entre los que comparten la misma Fe. Lo que describo a continuación es un ejemplo de que mientras podamos y con la correspondiente precaución, debemos de salir de casa, especialmente a donde realmente valga la pena.

Desde hace años asisto a la Parroquia San Lucas Evangelista en Cupey, en donde es párroco el Padre Orlando Tirado Correa. Nuestro sacerdote, original de Vega Baja, es un hombre con múltiples talentos que incluyen conocimiento de música, por lo que compone, toca instrumentos musicales y canta; que trabaja en un sinfín de manualidades incluyendo la carpintería, además de haber sido Capellán de la Guardia Nacional. Todos esos talentos, junto al de un grupo de colaboradores que le ayudan, los pone al servicio de Dios y de la feligresía, de una y mil maneras, pero hoy queremos destacar su creatividad al presentar un montaje en el que correlaciona el Evangelio de las Bienaventuranzas (Mateo 5: 1-12) con los infortunios de la vida que describe José de Diego en su poema “En la Brecha”.

Favor mover su celular a posición horizontal para ver mejor la presentación a continuación:

Con su palabra sencilla y con mucho del argot del pueblo, Padre Orlando siempre consigue transportar las enseñanzas de las Escrituras a nuestro tiempo y a las experiencias que vivimos. En esta ocasión se esmeró y les aseguro que mientras esto era presentado en vivo como parte de la homilía de este pasado domingo, todos estábamos muy atentos y de alguna manera impresionados. Y, es que, todo ser humano allí reunido podía muy bien identificarse con alguno de los versos del poema y sentir consuelo y ánimo con la sencilla descripción de la Bienaventuranza que se narraba. Por eso, no pude evitar compartir esta presentación, porque aunque la vibra del efecto presencial no es la misma, el mensaje llegará a muchos que lo necesiten. De esta forma ponemos un “granito de arena” para que la Palabra de Jesús y el aliento que El quiso darnos, llegue a más personas.

Las Bienaventuranzas – Mateo 5: 1-12

Aprovecho la oportunidad que esta iniciativa me ha dado para recordarle a todo creyente que todavía no se anima a visitar su Iglesia, que regrese y busque la forma de reunirse en oración con otros. Vivimos tiempos complicados y hoy, más que nunca, necesitamos una Fe viva y práctica, que podamos compartir con otros. Ninguno de nosotros es perfecto, ni sacerdotes, ni feligreses, pero por encima de toda virtud o defecto, cada uno debe aspirar a ser cada día mejor y a poder convivir en paz y armonía. Reunirnos como creyentes fomenta que tengamos presente las promesas de Jesús que, como en las Bienaventuranzas, abundan en el Evangelio.