...con estilo

El regreso de la moda “Tie-Dye”

Por: Myra Sánchez

Regresó el pasado verano y este año repite, con ganas de convertirse en tendencia. Y, es que lo que recordamos como una técnica que se mostraba en el pasado, como un estampado que luce cual si fueran colores “desteñidos”, usualmente en “tops” y en “jeans”, aunque es unisex, de repente se adaptó al maquillaje con sombras en los ojos y en diseños para las uñas.

En los 60’s y 70’s, la moda psicodélica usaba mucho estas técnicas. Suministrada.

Aunque hay técnicas para lograr este efecto que datan de muchos siglos, históricamente, el “tie-dye” surge en la moda con fuerza en los 60’s y continua en los 70’s, como otra manifestación de la actitud irreverente de los jóvenes de estas dos décadas. Por lo tanto, en principio, se trata de una de esas tendencias que se identifica con moda informal o casual, pero que también puede proyectarse como “chic”, en algunas vistosas piezas de diseñadores. Y para que no te sorprendas, desde un sombrero, “tenis”; pantalones y “jeans”; “t-shirts”, blusas y camisas; ropa interior; “jackets”; trajes y conjuntos deportivos, son solo parte de las piezas de ropa y accesorios en que los puedes encontrar.

Con el auge que está teniendo el “tie-dye” hoy se pueden encontrar los materiales para lograr el efecto en casa con piezas de tela, en sitios como Amazon, así como infinidad de “tutorials” en la Internet, para lograr diferentes diseños.

Como mencionamos anteriormente, esta tendencia ha “escalado” en la moda femenina, con el maquillaje de ojos, algo “in extremis”, para lo cual se intercalan sombras y hasta delineadores, en colores brillantes o pasteles, logrando efectos que combinen con la ropa. De igual forma, se consiguen “kits” de esmaltes con variedad de colores brillantes y pasteles para, mediante diferentes técnicas, unas con pincel y otras con adhesivos, lograr el mismo efecto.

Nunca mejor dicho aquello de que “para el gusto los colores”, pero como siempre decimos cuando de moda se trata: el buen gusto debe prevalecer para evitar cruzar la fina línea que divide estar a la moda con lucir vulgar.