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Formación Misionera Católica

Por: Ivelisse Agostini

editorial@placerespr.com

Estamos seguros que son muchos los que se preguntan cómo es posible formar personas misioneras capaces de ponerse a la entera disposición de los más necesitados. De hecho, que puedan ir más allá de la mera intención de hacer la caridad, si no lograrlo de forma efectiva.

A través de los medios de comunicación o de nuestras iglesias, escuchamos sobre personas que van de misión a países cercanos o a lugares tan remotos como el África. Sin embargo, desconocemos cómo se preparan para ello.

Foto tomada durante misión en Méjico. Suministrada.

Por lo anterior, hemos recibido con mucho entusiasmo la información del proyecto Verano Misionero, adscrito a las Obras Misionales Pontificias de la Iglesia Católica. El proyecto lleva 30 años de su fundación y prepara a jóvenes y adultos desde los 18 años a través de tres talleres que se conducen durante el año.

El primero de los talleres de formación, se repite en dos ocasiones (1-A y 1-B) pues es el que da los laicos católicos que participan la oportunidad de discernir cuál es la llamada que el Señor le hace a cada uno de ellos como bautizados. En este momento todavía están abiertas las inscripciones para el Taller 1-B, que se celebrará el fin de semana del 20 al 22 de enero en el Centro Misionero Villaregia, en Arecibo (más detalles al final de este reportaje)

El segundo taller, está pautado para el fin de semana del 17 al 19 de febrero. Para el Taller II, el grupo llega preparado a dar continuidad al aspecto de la espiritualidad misionera que guía a quienes se preparan para servir de forma efectiva y les fortalece en torno a ello.

Posterior al Taller II, entre el 24 al 26 de marzo, los participantes viven localmente una Experiencia Misionera donde colocan sus dones y talentos al servicio de la comunidad

Foto tomada durante Misión en Méjico. Suministrada.

El Taller III, pautado para el fin de semana del 28 al 30 de abril, completa la formación de los participantes y le ofrece a estos los detalles de logística de la experiencia misionera que habrán de vivir. Entre los posibles lugares se encuentran misiones de la Iglesia Católica en Costa Rica, Cuba, Colombia, Honduras, Panamá y Brasil, entre otros países.

El 21 de mayo se celebra la Misa de Envío, oficiada por el Obispo de la Diócesis de Ponce, Monseñor Rubén A. González Medina, donde los participantes, ya preparados y llenos de entusiasmo, son enviados a sus destinos, lo cual ocurrirá por periodos de 15 o 30 días, durante los meses de junio y julio.

Los participantes viajan en grupos de dos o más a sus destinos, debidamente entrenados sobre cuál será su misión en el lugar. Para el viaje, deben costearse el pasaje y gastos incidentales, mientras que su estadía y comida es provista por la comunidad que los recibe. Dependiendo del destino y de los medios económicos del participante, algunos necesitan recaudar los fondos para sus pasajes.

Para conocer sobre el impacto de vivir esta experiencia, hablamos con Ángel David Montes Reyes, secretario nacional de la Pontificia Obra Propagación de la Fe, quien nos expresa:

“..los países dejan de tener nombre y se convierten en rostros cercanos que el Señor ha puesto en el camino”. Angel David compartiendo momentos de alegría con niños de la misión. Suministrada.

“He vivido la experiencia en varias ocasiones y cada destino es particular e irrepetible. Personalmente me ha transformado la visión con la que uno mira las cosas, pues cuando uno regresa ya no es el mismo. Luego de esta experiencia aprendemos a vivir con mayor solidaridad, a apreciar lo que tenemos y sobre todo a vivir la universalidad de nuestra Iglesia. Cada uno de los países dejan de tener nombre y se convierten en rostros cercanos y específicos de gente que el Señor ha puesto en el camino”.

Entre sus vivencias Ángel David recuerda muy emocionado cuando: “Tuve la oportunidad de visitar la comunidad indígena de los Wicholes en la Sierra del Nayar en el Estado de Nayarit, Méjico. En este lugar de extrema pobreza, donde no existen los servicios básicos como agua potable y vivienda segura, conocí a Jesús, uno de los niños con quien más compartí mi misión evangelizadora. Simplemente con ser y estar, él me hacía vivir la alegría del Evangelio. Ese niño, en la pequeñez de su inocencia y alegría, realmente te hacía sentir de forma viva ese amor que Dios nos tiene a cada uno”. En aquel caso la misión se dividía en tres áreas: construcción de techos, higiene bucal y espiritualidad y evangelización… a mí me tocaba ayudar a propagar la Fe y la Espiritualidad”.

Si eres de los que quiere vivir una experiencia enriquecedora como laico católico, Verano Misionero te ofrece esa oportunidad. Estás a tiempo para inscribirte en el Taller 1-B que se celebra entre el 20 y el 22 de enero. Sólo es necesario que te comuniques al 787-754-0095 o al correo electrónico: veranomisionero@omp-puertorico.com