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La Tentación y “Los Doce Pasos”

Por: Ivelisse Agostini

Una vez más el párroco de la Iglesia que visito me sorprendió con su homilía de este domingo, la cual giraba en torno al Evangelio de Mateo 4, 1-11, en el cual Jesucristo es tentado por el demonio. En esta ocasión el sacerdote habló sobre cómo el Programa de los Doce Pasos representa una respuesta para quienes quieren evitar volver a caer en la tentación de hacer algo que ocasiona un mal para ellos y su entorno. Hablamos de vicios, conductas destructivas y co-dependencia de cualquier índole. Que no se nos olvide que estamos en Cuaresma, periodo especial para buscar la reconciliación con Dios.

Lo primero que pensé al sentarme a escribir este reportaje, es que no importa cuántas veces podemos escuchar o leer algún escrito bíblico, siempre, siempre, podemos encontrar algún nuevo mensaje enriquecedor. Mientras el padre leía este Evangelio recordé que el enemigo no discrimina, que busca los momentos en que estamos más vulnerables para tentarnos y que debemos tener sabiduría para combatirlo. De hecho, esta vez me di cuenta que cada contestación de Jesús a las tentaciones, fueron basadas en citas bíblicas que fortalecían cada una de sus respuestas. Particularmente en la segunda tentación, el diablo intentó tergiversar una cita bíblica, pero el conocimiento de Jesús sobre la palabra le permitió contestarle con la cita correcta y no caer en tentación.

La maldad y lo expuestos que estamos para caer en tentación forman parte de la experiencia humana. Tan real es esto, que el mismo Jesucristo fue tentado y que en la oración del Padre Nuestro que Él nos enseñó, destacan como últimas peticiones:  “no nos dejes caer en tentación y líbranos del mal”.

A tales efectos, surge la correlación que estableció el Padre Orlando en su sermón, en el que nos planteaba que el primero de “Los Doce Pasos” que se originan como herramienta para cantidad de situaciones con las que hay que lidiar un día a la vez, es aceptar que estamos tentados o hemos caído en algún mal; que el segundo paso se trata de reconocer la existencia de un poder superior que en nuestro caso es Dios y que, el tercero trata de rendirnos ante Él y  ponernos en sus manos. Así, uno por uno, el padre fue estableciendo cómo ante los llamados “Siete  Pecados Capitales Católicos” –soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza– los Doce Pasos representan las virtudes necesarias para combatirlos –humildad, bondad, castidad, paciencia, moderación, caridad y diligencia–.  Como este análisis nos pareció una forma práctica para aquellos a quienes por alguna razón les es más fácil racionalizar este tema, que verlo desde una perspectiva únicamente religiosa, quisimos compartir sobre el origen de esta herramienta y su efectividad. De otra parte, para los que nos mueve la Fe, son una guía muy buena para crear una disciplina diaria, adicional a nuestras oraciones y obras, que puede servirnos como herramienta para no caer.

El Programa de los Doce Pasos fue creado en los Estados Unidos en 1935 por William Wilson, agente de la bolsa y el Dr. Bob Smith, con el propósito de encontrarle remedio al alcoholismo que cada uno de ellos padecía. Hay quien piensa que algunos de los principios incluidos pueden tener su origen en el Grupo Oxford, institución inglesa con la que Wilson y Smith tenían relación. Sin embargo, lo importante es reconocer que fue “Bill” Wilson, quien luego de aceptar que tenía problemas con el alcohol y de lograr permanecer sobrio por un periodo de tiempo, decidió compartir su experiencia con otro alcohólico, el Dr. Robert “Bob” Smith, para  no arriesgarse a volver a caer. Su premisa era que el alcoholismo era una enfermedad de la mente, de las emociones y del cuerpo y por ello, para el Dr. Smith, fue más fácil entender su problema y trabajar con éste. Fue de esa forma que Wilson y Smith, tras varios meses, confirmaron que su necesidad de beber disminuía mientras compartían sus experiencias y ayudaban a otros a permanecer sobrios. Estos dos profesionales son los fundadores de lo que se conoce como Alcohólicos Anónimos, y los autores del programa que se publicó por primera vez en un libro en 1939. Ya para entonces, existían varios grupos de AA que se reunían para darse apoyo y a través de ello lograban mantenerse sobrios. Con el tiempo, el Programa de los Doce Pasos se convirtió en la base sobre la cual trabajan varias organizaciones que agrupan personas con problemas de dependencia, no solo de alcohol, drogas y juego, si no con otras de índole emocional.

Los grupos “anónimos” que eligen como base Los Doce Pasos, por lo general, reúnen sus miembros periódicamente para compartir sus experiencias y darse apoyo. En el caso de los AA, sus miembros solo se presentan por su primer nombre (de ahí el “anonimato”): “Mi nombre es Juan, y soy alcohólico”.  A cada miembro le es asignado alguien del grupo para darle apoyo en momentos de riesgo a caer en tentación, o sea, un padrino. Sin embargo, son muchos los que coinciden en que la mayor ayuda y el éxito en superar la dependencia proviene de seguir Los Doce Pasos, en un esfuerzo que se trabaja un día a la vez, que nunca termina y que tiene como meta evitar caer en la tentación. Las reuniones de la mayoría de los grupos ocurren una vez por semana y hay ocasiones en que es posible participar a través de la Internet con aplicaciones como la de Skype.

El Programa de los Doce Pasos es exitoso aun entre personas no religiosas a las que les cuesta admitir el poder de Dios en sus procesos de recuperación. Y, es que, aunque fundamentalmente no sean organizaciones religiosas, la fuerza de un Poder Superior está presente en los programas, como ayuda necesaria para liberarles y sostenerles ante la enfermedad. Imaginen entonces cuanto mas fácil puede ser el método para quienes tienen Fe.

Los 12 pasos de Alcohólicos Anónimos

1.-Admitimos que éramos impotentes ante el alcohol y que nuestras vidas se habían vuelto ingobernables.

2.-Llegamos a creer que un Poder superior a nosotros podría devolvernos el sano juicio.

3.-Resolvimos confiar nuestra voluntad y nuestra vida al cuidado de Dios, según nuestro propio entendimiento de Él.

4.-Sin temor, hicimos un sincero y minucioso examen de conciencia.

5.-Admitimos ante Dios, ante nosotros mismos y ante otro ser humano la naturaleza exacta de nuestras faltas.

6.-Estuvimos enteramente dispuestos a que Dios eliminase todos estos defectos de carácter.

7.-Pedimos a Dios humildemente que nos librase de nuestras culpas.

8.-Hicimos una lista de todas las personas a quienes habíamos perjudicado, y estuvimos dispuestos a reparar el mal que les ocasionamos.

9.-Reparamos directamente el mal causado a esas personas cuando nos fue posible, excepto en los casos en que el hacerlo les hubiese infligido más daño o perjudicado a un tercero.

10.-Proseguimos con nuestro examen de conciencia, admitiendo espontáneamente nuestras faltas al momento de reconocerlas.

11.-Mediante la oración y la meditación, tratamos de mejorar nuestro contacto consciente con Dios y le pedimos tan solo la capacidad para reconocer su voluntad y las fuerzas para cumplirla.

12- Habiendo obtenido un despertar espiritual como resultado de estos pasos, tratamos de llevar el mensaje a los alcohólicos y de practicar estos principios en todos nuestros asuntos.

Luego de conocer Los Doce Pasos podemos entender por qué han resultado ser la fuerza en la que se sostienen quienes desean combatir una dependencia y prevalecer alejados de ella… Y, es que, se trata de depositar la confianza en Dios para evitar hacer lo que les hace daño a sí mismos y a los demás. Para ello es necesario un acto de humildad, de aceptación y de rendición. Quien se atreve, será capaz de salvar su vida y la de quienes le rodean, recuperando la paz y la alegría. Mejor aún, podrán perpetuar la posibilidad de ayuda a quienes han perdido toda esperanza. En otras palabras, se trata de una herramienta que muy bien puede sernos útil para ser mejores cristianos, más allá de ser humanos. Asimismo, igual que los grupos anónimos se fortalecen mediante reuniones periódicas, quienes buscan fortalecer su Fe, necesitan hacerlo asistiendo a misa y practicando buenas obras.

NOTA: Si deseas ver el video de la homilía de la misa a la que hago referencia, accede al minuto 17:15 en el siguiente enlace: https://www.facebook.com/watch/live/?ref=watch_permalink&v=3397103827177971

Contacto Alcohólicos Anónimos en Puerto Rico

Teléfono: 787-704-1634
email: aaoficinapr@gmail.com.
Web:  www.aa-pr.org


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