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La Transformación de Bad Bunny

Por: Ivelisse Agostini

Que Bad Bunny está “en boca de todos” es tan real como el hecho de que este reportaje ha visto la luz y que lo estás leyendo en este momento.

El fenómeno que es el “conejo malo” comenzó el año tal cual virus de temporada, con el reciente lanzamiento de su cortometraje “Debí tomar más fotos” y los subsiguientes temas. Se trata de un cambio positivo en el que resalta nuestra puertorriqueñidad, a través de unos ritmos más autóctonos, como la plena, la salsa y, con mejores letras.

Su presencia en los medios y su apariencia han sido más cuidadas, más al estilo del personaje real que es Benito Martínez Ocasio. Nos ha permitido conocer que es sencillo, sentimental y que lo mueve un deseo genuino de promover el lugar que lo vio nacer, más allá de su fama como “reggaetonero”.

Antes de que fuese anunciada su estrategia de convertir la Isla y el Coliseo de Puerto Rico en su “residencia”, para que quienes desean ver su próxima gira visiten Puerto Rico, ya era notable la abrumadora cobertura que se le estaba dando y pensaba que nos hacia falta un “break”.  Y, es que venía de incursionar en el tema político local, uno que sin importar con quien te identifiques, te sumerge en un mundo lleno de medias verdades y manipulación.

Hoy veo con admiración que este artista nuestro tiene las mejores intenciones y que su potencial de alcanzar objetivos es extraordinario. Sin embargo, creo que por el bien de nuestros niños y jóvenes, promesas de nuestro país, puede ayudar mucho más y convertirse en una influencia más positiva para todos. Solo necesita transformar su personaje un poquito más para representarnos todavía mejor, sin necesidad de incurrir en la obscenidad o la grosería. No hablo de una conversión espiritual que es muy personal, ni que deje de ser Bad Bunny para imitar a Remi o a Cepillín, pero lo que ha logrado que en tiempos recientes gane más adeptos, es precisamente que sea menos ofensivo.

En la historia del “reggaetón” todo ha tenido un sentido. Para el que no lo recuerde este género comenzó a escucharse de forma clandestina (“underground”), precisamente porque su lírica hablaba, de la “cruda” realidad de quienes viven expuestos a un ambiente donde se mezclan la ilegalidad, el desorden y lo que la sociedad esconde. Lo interesante es que, aunque en algún momento converge con el “rap” americano y un rescate del reggae de Bob Marley,  el hecho de que fuese “underground”, de que el “sonsonete” fuera pegajoso y de que hablaran sobre temas prohibidos, provocó el interés de los jóvenes de todos los niveles sociales. El reggaetón logra popularizarse con figuras que alcanzan éxitos comerciales manteniendo temas atrevidos, suavizando un poco las letras o sin hacerlo, pero con el “bip” que anula las palabras soeces.  Los comienzos con Vico C, Tego Calderón, Ivy Queen y DJ Playero, dieron paso a figuras como Daddy Yankee; Don Omar; Wisin & Yandel; Héctor & Tito; Ozuna, Nicky Jam; Zion & Lenox; Alexis & Fido; Arcángel y Rauw Alejandro, entre otros. Con el mismo ritmo de base, pero añadiendo otros elementos musicales, el reggaetón mejora su proyección y le deja un espacio al “trap”, que me parece era lo popular al momento del lanzamiento de Bad Bunny.

Y, de Puerto Rico pa’l mundo, al punto de que los intérpretes del género ganan “Grammys”, y lideran listas de “Billboard”, mientras recorren Latinoamérica, los Estados Unidos, Europa y Asia. El hecho es que hoy existen más intérpretes puertorriqueños de “reggaetón” llenando conciertos, que los de cualquier otro género popular. Entre muchos otros, destaco a René Pérez, el Residente de lo que comenzó como Calle 13, porque, utilizando el ritmo del “reggaetón”, comenzó a trabajar temas de “protesta” con una lírica mas elocuente y estudiada, aunque siempre mezclando lo soez con lo sexualmente atrevido, con lo profundo y trascendente. En su caso, en ocasiones las palabras soeces sobran y “distraen” al que escucha sobre el mensaje que quiere transmitir.

Benito Martínez Ocasio ha compartido parte de su historia familiar, muy parecida a la de muchos puertorriqueños que hemos tenido que “echar pa’lante” aprovechando las oportunidades que se nos han presentado. El ha sido extraordinariamente exitoso y ha sido generoso con Puerto Rico, igual que lo han hecho otros puertorriqueños que han logrado fama internacional. Mejor aún, ha sabido prepararse en aspectos que no había cultivado antes. Sin embargo, más allá del talento que posee, impresiona que es ambicioso, atrevido y un gran estratega que, además, se ha sabido rodear de personas que desean superar de continuo todo objetivo alcanzado.  Eso es lo que más me está gustando de Benito: que no le gusta ser “segundón”, cuando se puede ser el primero, algo que en este país todos tenemos que aprender, sin faltar a la humildad. Y, me refiero a la superación personal, nada de política.

Ahora bien, regreso a mi intención al escribir esta nota, pedirle a Benito Martínez Ocasio que, si sigue empeñado en lograr lo mejor para Puerto Rico y los puertorriqueños, se asegure de proyectar lo mejor de nosotros, con nuestras realidades, pero de la forma mas presentable, como lo ha estado haciendo en tiempo reciente. Hacerlo no le ha hecho perder público, sino ganar más. Tampoco se trata de que pierda el personaje que lo hizo famoso, sino que no deje que el Benito que hoy admiramos, se pierda en el personaje del “conejo malo”. Al fin y al cabo, todo evoluciona, incluyendo el género que lo llevó a la fama.

¡Ojalá nos complazca! Porque… a nosotros no nos interesa juzgar, sino que como a él, nos mueve la buena intención de contribuir para lograr un mejor país.


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