...humanitarios

Un santo que nos habló del Ángel de la Guarda

Por: Ivelisse Agostini

Que un ser muy amado te invite a un retiro espiritual convierte esa invitación en una imposible de rechazar. Es así como accedí a ir a uno que giraba en torno a la relación del Padre Pio y su ángel de la guarda, en el Centro Capuchino de Rio Piedras. Y… bien que valió la pena. Fue un día de enriquecimiento que, no sólo nos ilustró sobre un tema que se ha ido moviendo en vertientes distantes a sus propósitos, sino que estuvo rodeado de una memorable cercanía a Dios.

Imagen de Padre Pío de Pietrelcina en el Centro Capuchino. Foto: placerespr.com

Por más que quiera, no puedo resumir la experiencia en un solo reportaje, por lo que voy a presentarlo en dos, el primero para resumir la vida del santo Padre Pio de Pietrelcina y cómo hablaba sobre su comunicación con su ángel de la guarda y, el segundo, para hablar en propiedad de los ángeles, desde una perspectiva bíblica-católica, y su impacto en nuestras vidas. Obviamente, como creación de Dios, esta influencia de los ángeles es para todos, sin importar nuestras particulares creencias.

Para quienes no conozcan a este santificado sacerdote de la orden de Frailes Menores Capuchinos, les cuento que nació en Pietrelcina, un humilde pueblo del sur de Italia, a fines del siglo XIX y falleció el 23 de septiembre de 1968, fecha en que recordamos su santidad. Por lo tanto, hablamos de un santo de nuestros tiempos que vivió durante algunas de las épocas más difíciles de la humanidad, como fueron la primera y la segunda guerra mundial.

Desde muy pequeño, Padre Pio tuvo experiencias espirituales y místicas muy especiales que ingenuamente creía las vivían todas las personas, para eventualmente descubrir que eran dones que agradeció a Dios y puso al servicio de su prójimo. Aunque siempre abatido por una frágil salud física, su gran Fe y amor a Dios lo llevaron a entrar al noviciado con solo 16 años. En 1910, con sólo 23 años fue ordenado sacerdote y al cabo de unos años fue trasladado a San Giovanni Rotondo, lugar donde vivió hasta el fin de sus días.

Al igual que unos pocos santos, Padre Pio fue estigmatizado y con solo 31 años se hicieron físicamente visibles los estigmas que venía sintiendo internamente desde hacía años, que no desaparecieron hasta unas horas antes de su muerte. A partir de entonces las heridas de la pasión de Jesucristo se manifestaban en él en todas sus formas (Incluyendo sangrado y dolores), tanto en sus manos y pies, como en su costado. De hecho, algunos atribuyen a sus estigmas, la razón de su “olor de santidad”, un perfume que emanaba del Padre Pio cuando él estaba presente y que todavía hoy algunos devotos alegan percibir en momentos de profunda meditación espiritual.

Imagen de Padre Pio a la entrada de la capilla del Centro Capuchino. Foto: placerespr.com

San Padre Pio de Pietrelcina dedicó su vida a ser el guía espiritual de infinidad de fieles, que llegaban por cientos, de todas partes del país y del mundo, que hacían largas filas hasta por más de un día, para confesarse con el Santo. Y, es que a través del sacramento de la confesión convirtió muchas almas. En algunos casos, esto ocurría mediante sucesos milagrosos ya que tenía la capacidad de leer las mentes de las personas, hasta recordarles pecados que ocultaban o no recordaban. Asimismo, hay testimonios que le atribuyen otros dones como el de la bilocación, así como la capacidad de entender otros idiomas que no conocía y que él atribuía, igual que otros fenómenos, a la “ayuda de su ángel de la guarda”. En este caso específico, el santo narró que fue su ángel quien le dijo que bendijera con agua bendita las cartas que recibía de fieles de otras partes del mundo para poderlas entender. Padre Pio hablaba de una estrecha comunicación con su ángel custodio a quien en ocasiones veía junto a Jesús y a su madre María. A través de sus escritos hay constancia de que a través de su ángel el enviaba mensajes al ángel de sus “hijos espirituales” con alguna misión de la cual luego se dieron testimonios. De hecho, esa relación se afianzó mediante el sufrimiento y las asechanzas del maligno que no paró de torturarle de diversas formas durante toda su vida

Los extraordinarios sucesos que rodeaban al Padre Pio incluyendo algunos milagrosos, de los que hablaban tanto feligreses como compañeros del convento, provocaron gran admiración y un reconocimiento que trascendió su pueblo. Lamentablemente, por mucho tiempo la jerarquía de la Iglesia dudó de la veracidad de sus dones y le amonestó de varias formas, hasta limitar sus apariciones a solo dar misa dentro del Convento. Pero, su humildad y obediencia, así como la insistencia de la inmensa feligresía que lo quería y admiraba, y la providencia divina obtenida a través de constante y prolongada oración y sacrificios, lograron desmentir las falsedades y que la iglesia le permitiera regresar a su ministerio.

A Padre Pio se le atribuyen curaciones físicas milagrosas que han sido documentadas por médicos, obras que él no reclamaba como suyas, sino de Dios. Fueron los casos de sanación interior las que más abundaron y despertaron el amor de quienes le conocieron, almas por las que intercedía constantemente con oraciones, misas y adoraciones. Fueron muchos los testigos que afirmaron que Padre Pio podía ver el corazón de las personas para ayudarlas en sus procesos y guiarlos a tener una Fe plena en Dios y buscar la salvación de sus almas.   Precisamente fue su Fe inquebrantable lo que le sostuvo ante infinidad de ataques del maligno, incluyendo la extraña enfermedad que sufrió toda su vida sin que pudiera diagnosticarse su origen y que, entre otros síntomas, presentaba unas fiebres excepcionalmente altas que padecía durante días.   Asimismo, era evidente que su alivio y consuelo en ocasiones llegaba a través de experiencias místicas, cuando se le observaba entrar en éxtasis mientras oraba.

Padre Pio dejó un gran legado espiritual que siguen con devoción muchos fieles, inspirados en el amor a Dios y a su Santísima Madre, así como grandes obras para el servicio de los enfermos y necesitados de sanación espiritual, como es el caso del Hospital Casa Alivio del Sufrimiento, que pudo inaugurar en vida y donde visitaba a los enfermos para ofrecer consuelo.

Termino este primer reportaje recordando que, como parte de su legado espiritual, Padre Pio nos permitió conocer la importancia de nuestro ángel de la guarda, un tema que había quedado atrás, a pesar de los importantes documentos que escribieran San Agustín de Hipona y Santo Tomás de Aquino. En nuestro próximo reportaje, compartiremos parte de lo discutido en nuestro retiro que sabemos encontrarán interesante.


Comments are closed.

Back to Top ↑