Como Aliviar la Tensión
Por: Myra Sánchez
Solo hay que tener acceso a cualquier medio de comunicación, particularmente los que se mueven a través de la Internet, para confirmar la tensión generalizada que el mundo experimenta. Aunque no seamos nosotros los que estemos pasando por un desastre natural, o vivamos en las zonas de conflictos bélicos, podemos compartir el sentimiento de los que allí están presos del pánico y de una gran incertidumbre en torno a lo que les deparará el futuro. No se trata solo de su seguridad sino de la preocupación sobre lo que pasará con sus vidas y cualquier impacto que pueda tener en las nuestras.
Y, es que, por muy capaces que seamos para enfrentar la adversidad, nuestra mente juega un papel protagónico en torno a saber manejar o no la tensión y sus consecuencias. Y, es que minuto a minuto, hora, día y semana “la loca de la casa” nos agobia con las preocupaciones y se requiere de herramientas para lograr sentirnos tranquilos en medio de las circunstancias. Por eso, tenemos que aprender a aliviar la tensión para tomar las decisiones correctas, aun en las peores circunstancias.

Los niños son particularmente vulnerables a nuestros excesos de tensión. Hay que cuidarlos, distraerlos y no excederse en la información que les ofrezcamos. Suministrada.
A esos efectos, nos dimos a la tarea de poner nuestro granito de arena proveyendo una lista de elementos que pueden hacernos sentir mejor y mejorar nuestro estado de ánimo como resultado de la información negativa que nos llega.
- Dependiendo de tus creencias, la principal herramienta se refiere a que hagas sintonía espiritual y mental. Para ello, escoge momentos durante cada día y un espacio tranquilo, en silencio y háblale con tu mente a Dios Padre y cuéntale tus preocupaciones y tus anhelos. Dale gracias por cualquiera que sea una razón de bienestar dentro de tus circunstancias y pídele lo que entiendas necesitas para ti y tu entorno. Recuerda pedirle luz para saber tomar las decisiones correctas. No te limites en pedir, ni en dar gracias, ni en reconocerle su poder mediante alabanzas. Reconcíliate.
- Vive un día a la vez, cada 24 horas. No reniegues del presente y dedícate a hacer lo mejor que puedas con tu tiempo y tus circunstancias. Ámate y ama a los demás.
- Investiga cómo puedes ser solidario con los que necesitan y la forma más efectiva para compartir lo que puedes.
- No permitas que personas negativas influyan en tu mente y te quiten la paz. No les rechaces, pero es aconsejable que mantengas distancias. Deja a los profesionales y a los consejeros capaces que se encarguen de ellos.
- La poderosa mente tiende a recordar eventos pasados que te ocasionan miedo y a transportarlos al futuro con el mismo efecto. Cada vez que descubras un pensamiento negativo o de miedo, recházalo y sustitúyelo por uno positivo y de esperanza. Lo pasado no tiene que repetirse y lo que imaginas no ha sucedido. Respira profundo y haz el ejercicio mental cada vez que esto suceda. Crearlo un hábito cambiará tu vida.
- Hazte de libros o lecturas positivas que te llenen de esperanza.
- Si te reúnes para pasarlo bien, evita que la conversación los lleve a los temas preocupantes. Los tradicionales juegos de palabra y de mímicas; los juegos de mesa y semejantes son excelentes pasatiempos con los cuales pueden divertirse y aliviar tensiones.
- Si tienes niños, no te excedas en la informacion que les proveas para evitar crearles ansiedad innecesaria. Es buen momento para recrear los juegos de antaño, con el solo propósito de distraerse, no de ganar ni competir.
- Desconéctate de las fuentes de información constante y aprovecha a quienes son recursos para informarte sobre las que sean tus necesidades y las de seres queridos. Si prudente y necesario, hazlo solamente una vez a mitad o al final del día.
- La música es un gran instrumento para impactar el estado de ánimo. Escucha temas que te levanten el ánimo o te calmen, según sea la necesidad del momento. Lo ideal es que te mantengas tranquilo, sin demasiado alboroto. Hay un momento para todo.
- Hazte de recetas de bebidas caseras que te calmen y relajen.
- Busca un rincón donde mejor ambiente encuentres para relajarte. Si no lo encuentras, créalo en un espacio que te provea paz y buenas memorias. Si posible escucha música relajante, sonidos y olores con el mismo resultado.
- Ordena documentos personales, tus medicamentos; tu ropa y todo lo que te preocupe en caso de una emergencia. Increíblemente el sub-consiente se mantiene alerta con estos detalles y cuando te ocupas de ello, te liberas de cargas.
- Es un excelente momento para deshacerte de lo que sobre y darle importancia a lo que verdaderamente lo tiene.
- Identifica y comparte con personas que te ofrezcan paz.
- Busca el momento para darte algún gustito razonable, pero no incurras en excesos, ni de comida, ni de bebida, ni de ejercicios, ni de trabajo. En nada que promueva que te muevas a extremos en tu estado de ánimo, o sea, ni excitación ni depresión.
- Acércate a lugares donde la naturaleza te regale paz, donde recibas la luz y la energía del sol o donde se escuche el sonido del mar, el del canto de los pájaros o el sonido de la noche.
Todo lo anterior tienes que haberlo escuchado antes, puedes estar ya practicándolo o no, pero de todas formas, repasarlo vale la pena para poder mantener la paz y la razón en momentos de tensión. Si con éstas y otras herramientas que conozcas no consigues sentirte mejor, corresponde que busques ayuda de un profesional a la mayor brevedad, pues el miedo y la ansiedad producto de preocupaciones puede llegar a convertirse en un problema de salud mental.