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Paternidad Especial y Amor Incondicional

Por: Ivelisse Agostini

Para este Dia de los Padres, deseamos reconocer los logros de aquellos que han tenido que enfrentar la paternidad en circunstancias especiales.

Las historias que hoy compartimos son reales, emotivas, que surgen de situaciones de dolor, pero a todas luces exitosas. Hablamos de un padre viudo, José Manuel, un joven luchador que pierde a su esposa luego de padecer cáncer por dos años y se queda al cuidado de sus hijos, en solitario. Jamie, por su parte, estando muy jovencito, se divorcia de su esposa de nacionalidad americana, cuando su hija era todavía una bebita.

Conocemos a ambos padres desde que eran niños y sabemos que han podido superar las circunstancias que les ha tocado vivir, porque son producto de hogares con valores que, a su vez, están transmitiendo a sus hijos.

A continuación, ambas historias que muestran un paternal amor incondicional:

JOSÉ MANUEL

Nuestro entrevistado, José Manuel, nunca imaginó que siendo tan joven y habiendo logrado un matrimonio estable con dos hijos, fuera a perder a su esposa a consecuencia de un cáncer que solo le dio dos años de tregua.

Fuimos testigos de la valentía de José ante la inmensa pérdida, y del apoyo que recibió por parte de sus padres y suegros para poder manejar la dolorosa situación que a todos afectaba. José nos confiesa que su mayor preocupación era “cómo iba a enfrentar la vida y encaminar a mis hijos en ausencia de su madre”.

Ante el dolor y el empeño de ayudar a sus hijos, entonces con 12 y 7 años, respectivamente, se dio cuenta que lo primero que tenia que hacer era mudarse a un nuevo hogar. “De esta forma entendía que podíamos comenzar una nueva vida” y, de hecho, fue algo que lograron a corto plazo.

Comenzar una rutina no fue sencillo, pero José nos comenta que con su hijo varón fue más fácil pues, “por su edad, era mas independiente y hacia sus cositas solo”. De otra parte, cada ocasión importante, como celebrar el Día de las Madres en el colegio, así como las fiestas de Navidad, han representado, desde entonces, algunos de los momentos más difíciles de manejar.

No podemos dejar de mencionar que estando solo al cuidado de sus hijos, lo que para otros resulta sencillo, es complicado para un padre varón que tiene que asegurarse de satisfacer todas las necesidades de dos niños, como es establecer rutinas que logren el cumplimiento de todas sus responsabilidades mientras trabaja, asegurar su bienestar físico y emocional y hasta poder complacer sus gustos. Como ejemplo o anécdota, José nos dice que el día que descubrió que había baños “familiares” en algunos comercios, fue el hombre mas feliz del mundo porque no quería que su niña pequeña entrase sola a un baño.

“Hemos recibido mucha ayuda profesional, lo cual nos ha ayudado bastante a trabajar con la situación y yo diría que ha habido un gran progreso en nuestro día a día y que hemos podido trabajar mejor con los momentos en que la tristeza nos embarga”, comenta José Manuel. “El tiempo se ha encargado de que logremos tener una mejor comunicación y confianza y mayor “bonding” para disfrutar cada actividad que realizamos juntos, añade.

Para José Manuel, la meta que se propuso de ofrecerles un hogar estable y una buena educación, acompañada de calidad de vida, está encaminada. Y, es que hoy ya puede ver, con gran satisfacción, que sus hijos van madurando, que tienen excelente rendimiento académico y, sobre todo, que son niños buenos.

Al final, José Manuel nos dice que, desde su condición de padre, le pide a la vida “tener la energía y la salud para seguir adelante con ellos, verlos crecer y disfrutar de sus logros”.

JAMIE

Jamie y su hija a raiz de comenzar a compartir su custodia. Suministrada.

La historia de Jamie, nombre ficticio para proteger su identidad, es la de un joven divorciado que comenzó a compartir la custodia de su única hija cuando ella era todavía una beba de un año.

Según nos cuenta, en aquel momento, su mayor preocupación era que su hija creciera sintiéndose bien y que llevara una vida normal, aunque tuviera que estar moviéndose contantemente de una casa a otra. “Me preocupaba que ella no se convirtiera en una estadística más entre los hijos de padres divorciados. Sobre todo, deseaba asegurarme de que adquiriese nuestros valores religiosos y nuestra cultura a pesar de que estaría solamente la mitad del tiempo conmigo”. Con esto en mente y con el ideal de que su hija no se perdiese de ninguna buena experiencia, normal en una familia tradicional, se aseguró de mantener la mejor comunicación posible con su madre. “Como cualquier padre, deseaba que ella tuviera la oportunidad de ser la mejor persona posible, de acuerdo con su potencial.”

Jamie nos cuenta que en medio de lo vulnerable que él mismo estaba como resultado de la separación, al principio se preguntaba cómo iba a poder asumir la responsabilidad adecuadamente, con una bebé. “Afortunadamente, pude contar con la ayuda de mis padres y de sus abuelos maternos, quienes fueron clave para mantener la buena comunicación con la mamá de mi hija”.

Jamie ha cuidado a su hija “como a la “niña de sus ojos”. Suministrada.

Las dificultades no faltan en ningún hogar y menos para un padre divorciado que tiene que afrontar itinerarios y establecer prioridades, especialmente cuando la hija comienza a crecer y se convierte en una adolescente que hoy ya cuenta con 16 años. “No se trata solo de que no puedes olvidar un par de zapatos o una ropa que debe llevar, sino de supervisar asignaciones, darle medicinas y hasta lidiar con cosas que desaparecen por el movimiento de una casa a la otra.”

Jamie es un hombre de Fe y asegura que con el paso del tiempo aprendió a tomar la iniciativa si se rompía la comunicación por cualquier razón y a saber seleccionar cuáles batallas librar. El progreso es evidente y las satisfacciones inmensas, especialmente porque ve que su hija tiene establecidas sus propias y ambiciosas metas. Hoy puede ver como ella afronta con valentía los desafíos de la vida y toma la iniciativa para dar pasos que le ayuden a alcanzarlas. De otra parte, somos testigos de cómo la ha apoyado a cultivar sus talentos, entre los cuales se incluyen la práctica de deportes y su afición al teatro musical, pues cuenta con una voz privilegiada. Su participación en un sinnúmero de actividades no impide que la niña mantenga un promedio escolar altísimo, ni que contemple comenzar a trabajar. A nuestras preguntas sobre cuál cree ha sido su mayor aportación en la vida de su hija, nos contesta: Creo que haber propiciado que sea una persona de Fe y el haber contribuido a que valorase su relación con Dios.  Con Dios en el centro de nuestra vida, ella se ha dado cuenta de todo su potencial y ha aprendido los valores que vienen como resultado de nuestra Fe.”

De otra parte, Jamie nos dice que lo más que disfrutan es compartir los pequeños momentos que ellos llaman “daddy-daughter dates”. Les encanta ir juntos al teatro, ver películas, y como a él le encanta el baile, ella aprendió a bailar salsa. Por eso, sin timidez, es la primera que baila con su padre en cualquier evento familiar, desde que tenía tan solo dos añitos. De hecho, nos cuenta que, durante toda su escuela elemental, tuvieron que ir juntos a un “daddy-daughter dance night”, para el cual ensayaban coreografías y se vestían en armonía. Además, siempre se ha asegurado de estar presente en cada ocasión importante en su trayectoria, de modo que ella siempre cuenta con su apoyo para todo.

Su más grande satisfacción ha sido poder disfrutar la experiencia de ver a su hija protagonizando musicales, algo que no solo le da la oportunidad de hacer lo que le gusta, sino que demuestra valentía y una gran evolución personal. Además, admira mucho el valor que da a su familia y el amor que le demuestra apoyándolos en momentos de dolor y ofreciéndole momentos de gran alegría y emoción.

Al final, Jamie nos dice que es posible que los más grandes retos en torno a la crianza de su hija estén por llegar: Creo que la parte más difícil de nuestra relación dará comienzo cuando ella extienda sus alas y desee tener más experiencias de vida por su cuenta.  Ahora está obteniendo su licencia de conducir, solicitando trabajo y hablando de irse a la universidad.  Sé que entonces será más difícil mantener nuestra cercanía y comunicación, y hasta poder seguir protegiéndola de los tiempos locos en los que vivimos actualmente.  Mi esperanza para su futuro es que le di suficientes herramientas e impartí suficiente sabiduría para promover la mejor versión de sí misma, en todos los aspectos de su vida.”

Confiamos que estas historias sean alentadoras y de gran motivación para otros padres que puedan estar viviendo circunstancias semejantes. Reiteramos que conocemos muy de cerca a ambos padres y que no tenemos duda de que sus logros son producto de gran esfuerzo y de grandes valores. Además, queremos que sepan que Jamie, desde hace unos meses está felizmente casado con una maravillosa mujer que mantiene una excelente relación con su hija. De igual forma, José Manuel, lleva una relación estable con una joven que la vida le presentó de forma sorpresiva, quien se ha ganado el cariño de sus dos hijos y contribuye a la felicidad de todos.

A José Manuel y a Jamie, vayan nuestras felicitaciones y bendiciones. No podemos evitar recordarles que ustedes son un excelente ejemplo de que “Al que obra bien, le va bien”.

En Portada: José Manuel, junto a sus dos hijos. Suministrada.


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