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Urgencia de Reducir Deudas

Por:  Myra Sánchez
editorial@placerespr.com
 

Cuando surgen situaciones como la que vivimos ante la pandemia por el COVID 19, se hace evidente la vulnerabilidad económica que tenemos la gran mayoria de los mortales, especialmente cuando se tiene “el crédito muy comprometido”. Es entonces cuando irremediablemente se descubre que bajar los balances de las deudas debe convertirse en un proyecto urgente.  Llegado este punto, tu reporte de crédito ya no refleja los mejores números, pero todavía puedes remediar sin mayores daños. Para ello tienes que trazar un plan de acción que debes cumplir a la perfección y evitar llegar al punto de incurrir en atrasos en tus pagos. Tan necesario es que, hasta los que se fueron a los Estados Unidos en la oleada tras el huracán Maria, tuvieron que vivir con el problema de que hasta para alquilar hace falta tener buen crédito y fondos para un depósito.

No tomar acciones disciplinarias a tiempo, puede llevarte a necesitar de “terceros”, o sea, compañías que se dedican a “consolidar” todos tus pagos mensuales (sobre todo tarjetas) en uno sólo, por menor cantidad.  Lo anterior, aunque no es lo mismo que una bancarrota, a los efectos crediticios, es igualmente limitante.

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Estamos en un momento importante para establecer un plan de rescate. Suministrada.

¿Cómo hacerlo?

  1. Comienza con identificar por dónde andan tus finanzas. Para ello, debes crear una tabla sencilla que puedas ‘alimentar’ con detlles como tus pagos fijos mensuales, su número de cuenta, balance de saldo, cantidad del pago mínimo mensual e incluir una columna adicional para un pago estimado con un porcentaje por encima del mínimo.  Además, debes incluir los gastos variables durante el periodo de un mes, así como los ingresos “netos” fijos.  Suma todos los gastos, fijos y variables; luego suma los ingresos, luego divide gastos/ingresos y te va a dar el total del porciento de tus ingresos que tienes comprometidos con tus gastos mensuales.  En el mundo ideal, tus gastos no deben exceder un 43% de tus ingresos, que es la base que los banqueros hipotecarios consideran provee “seguridad” del pago de estos préstamos.
  2. Trabaja primero con las tarjetas de crédito, pues usualmente son las que generan mayores intereses y tardan más en liquidarse. Segmenta las tarjetas de pago, poniendo en orden de mayor a menor, de acuerdo al total en balance. Identifica cuáles pagan los intereses más altos y cuáles están más cerca del límite de crédito aprobado. Separa las que son de usos múltiples, de las que son aceptadas sólo en un establecimiento, y cuales tienen programas de recompensas.
  3. Todo lo anterior va a darte un panorama completo para analizar cuál es tu mejor tarjeta, que a grandes rasgos debe estar entre: las de intereses más bajos, la que es útil para todo tipo de compras,  tiene buen límite de crédito disponible y programa de recompensas.
  4. Procede a analizar cuáles de estas tarjetas debes eliminar y DESAPARÉCELAS. Luego, enfoca tus esfuerzos en las siguientes estrategias:
  • Abona más a la del balance más alto, con intereses más bajos, de esta forma verás más rápido la reducción en el balance. Incluso, lograda la reducción, puedes transferir a esta tarjeta balances de otras y consolidar a un interés más bajo.
  • La próxima a eliminar es la del balance más bajo, lo cual debes lograr rápido y te producirá un buen empuje para seguir con el plan.
  • Si tienes más de una tarjeta cerca del límite, comienza a abonar por encima del pago mínimo y no las utilices por un tiempo hasta bajarlas, pues esto es uno de los mensajes más reveladores a la hora de analizar el crédito. Luego enfócate en sobre pagar las que quieras eliminar.
  • Liquida las tarjetas con los intereses más altos y las que sólo son aceptadas en establecimientos particulares. La forma más rápida es haciendo el pago mínimo junto con el costo de los intereses mensuales. Si esto resulta muy alto, añade al pago mínimo un porcentaje adicional fijo y no vuelvas a usarlas.
  • Si quedarte con una sola tarjeta te causa algún tipo de inseguridad, luego de saldar todas las demás, hazte de una segunda cuyos balances haya que pagarlos inmediatamente para así no volver a acumular deudas.
  1. Mantén un control de presupuesto y olvídate de cualquier gasto extraordinario o antojos por un periodo de por lo menos tres a seis meses, limitando tus compras a lo que vas a consumir, incluyendo gasolina, provisiones, comestibles y cuidado personal, pero contabilizando gustos medibles.
  2. Ya conocimos lo que es vivir de forma frugal por un periodo corto, lo cual te ayudará a recuperar la estabilidad económica que necesitas.  De hecho, acostumbrarte a eliminar los excesos es bueno en todos los sentidos.

Si te fijas, no hemos recomendado hacer préstamos para consolidar deudas, más bien admistarte mejor.  Lo efectivo es lo que te hemos descrito y que la tabla de control que hagas muestre el balance que va quedando en cada una de las cuentas a las que has dado prioridad, de modo que veas el efecto, recordando que mientras más alto sean los balances, más tardarán en reflejarse.

Con un buen plan, todo tiene solución sin que se dañe tu crédito y sin involucrar a terceros.


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