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Detox de Malas Noticias

Por: Ivelisse Agostini

Estar “conectados” a redes sociales y a otros medios digitales a través de los cuales las noticias llegan de forma “casi instantánea”, no necesariamente tiene un efecto positivo entre los usuarios. Esto es una situación que preocupa a muchos estudiosos de la conducta humana pues estamos viviendo tiempos en los que las malas noticias son continuas, abundantes y en ocasiones, escalofriantes. Peor aún, el morbo, la burla, la mentira, la manipulación y el fanatismo son frecuentes en una gran variedad de “canales” que no están adecuadamente monitoreados y sobre los cuales no se adjudican responsabilidades de la forma que corresponde.

La premisa anterior esta propiciando efectos adversos entre usuarios adultos que se proyectan con ansiedad, depresión, coraje, insomnio, agresividad y constantes cambios de humor, dependiendo de la información a la que acceden o cómo les sea presentada. Desde canales famosos con espacio digital, “blogs”, programas de comedias y hasta canales religiosos, esta “ola” es bastante complicada de “surfear”, aun para los que reconocen su perjuicio y existen razones para que ello suceda.

Mediante estudios, se conoce que el hombre tiene la tendencia de desear informarse sobre lo que le advierta de algún peligro, como una alegada forma de evitar o prepararse para ello. Se entiende que estar ávido de esa información es un mecanismo de protección que tiene el cerebro humano. Sin embargo, el mismo cerebro se sobre estimula con el hábito de exponerse al conocimiento de malas noticias, provocando que aun aquellas que no nos afectan directamente, provoquen que nuestras preocupaciones de cualquier índole aumenten y nos abrumen.

Desde el aspecto tecnológico, se sabe que los llamados “cookies” que algunos “aceptan” al navegar, mantienen referencia de las búsquedas o sitios de interés del usuario y provocan que estos reciban información constante de otros sitios de internet semejantes. Eso mismo pasa cuando accedemos a YouTube y navegas con frecuencia o les das “like” a algunos videos. Así, sin darte cuenta, tu equipo va almacenando todos tus intereses y te los “sirve” o te “persigue” con toda la información positiva o negativa sobre la que hayas “buscado” sin discriminar quién o cómo las ofrecen.

Hasta ahora, habíamos escuchado con frecuencia sobre el daño que puede ocasionar en los niños estar expuestos constantemente a los equipos electrónicos. Pero, esos efectos negativos, que pueden incluir algún tipo de adicción, ya se conoce que abarcan a toda la población que tiene acceso a ellos, incluyendo los adultos. A tales efectos, en aquellos casos en que el problema es tener el hábito de estar “pegado” a las noticias se ha llamado “doomscrolling” y aunque no sea tarea fácil es posible actuar para evitar su perjuicio. No se trata de vivir enajenado de lo que pase en el mundo, pero sí de escoger cómo informarnos y cuánto exponernos.

Cambiar este hábito y su posible perjuicio conlleva que comiences a “limpiar” tu motor de búsqueda “alimentándolo” con otra información que no sea negativa como, por ejemplo: “hobbies”, destinos de viaje; historias positivas; huertos caseros; recetas de cocina; restaurantes; adelantos y nuevos descubrimientos; naturaleza; salud, dietas; universo, etc. Además, deja de visitar o simplemente no abras canales noticiosos que sabes están parcializados, tienen enfoque negativo o sensacionalista y cualquiera que promueva el fanatismo, el morbo, el chisme o información no corroborada. En otras palabras, comienza a seleccionar mejores medios para mantenerte informado, de modo que, aunque existan noticias preocupantes, sean trabajadas de la mejor forma y manera y por profesionales en todo el sentido de la palabra.

Mejor aún, comienza a establecer conciencia sobre cómo te afectan estas noticias, si es necesario evitarlas y comienza a rechazar en tu mente cualquier hábito que tengas de magnificar o pronosticar el posible desarrollo de estas. En otras palabras, tanto en tu espacio personal, como en los sitios que navegas, comienza a implantar nuevas reglas. El cambio se va a notar, tanto en tu estado de ánimo, como en el ambiente que te rodea.