Identidad y Dignidad Puertorriqueña
Por: Ivelisse Agostini
En medio del fragor político y, a solo días de que salgamos a votar en la Isla y en los Estados Unidos, han insultado a Puerto Rico, nuestra querida isla. Lo hicieron ante miles de asistentes al Madison Square Garden de Nueva York, y desde allí difundido al mundo entero, en medio del cierre de campaña del Partido Republicano de los Estados Unidos. No quiero repetir lo expresado por el ignorante y cínico comediante al que se le concedió el espacio en el foro político.
Y nos han herido profundamente… Y, es que se trata de nuestra Patria, de nuestra identidad. No de la Patria que algunos creen es sólo de los que abogan por la independencia, ni la de los que “en nombre de ella” desean la estadidad o de los que quieren seguir como Estado Libre Asociado. Han insultado la Patria de todos los que aquí hemos nacido y de los que nacieron en otros “lares” criados con el orgullo y la honra de ser puertorriqueños. De los que estamos por todas partes y en todas partes nos dejamos sentir.
Y para el que tenga duda, ser puertorriqueño debe ser motivo de orgullo, porque realmente somos únicos e irrepetibles; un pueblo pequeño en tamaño, pero con un gran corazón que palpita a través de nuestra gente donde quiera que va y donde quiera que esté. Un pueblo que con poco, hace mucho, donde el talento es tal cual semillero del “Paraíso” donde crece toda variedad de buenos frutos. Somos el Puerto Rico que algunos estigmatizan como “la colonia”, pero que realmente no se ha dejado, ni se dejará colonizar. Y, es que nuestras raíces no nos dejan y, aunque podamos llegar a ser bilingües, seguimos amando y hablando el vernáculo “a gritos”. Y no nos lo perdonan los norteamericanos… como tampoco parecen perdonarnos algunos latinoamericanos que nos quieren ver diferentes a ellos, aunque hayamos tenido la misma “Madre Patria” y la misma influencia en torno a religión, familia y cultura. Entre estos últimos y por decenas de años hemos sido para muchos el lugar estable y pacífico a donde llegar “para volver a empezar”. Para otros, hemos sido los que se afincaron a la “gran nación”, los mantenidos, que irónicamente viven mejor que ellos luego de escoger su destino político para más tarde verse obligados a dejar su país. Y no nos lo perdonan…
Los que no nos quieren es porque “mal nos juzgan” –mala cosa– porque somos únicos e irrepetibles. Y, es que aunque pareciera que no estamos viviendo nuestro mejor momento histórico, por habernos “dormido” y escogido algunos lideres corruptos que nos han “malquerido” o ineptos que convirtieron el país en “cuasi-ingobernable”, estamos a tiempo de volver a levantarnos. Algún gran sabio anónimo dijo aquello de que “las cosas deben tomarse dependiendo de quien vengan” y en el caso de los insultos, no hay diferencia. En materia de gobiernos pocos son los que nos pueden dar clases porque tristemente, si de algo adolece el mundo entero, es de buenos líderes.
La premisa anterior habla de que el comediante no ha sido ni el primero ni será el último en insultarnos, pero en este caso lo hizo frente al mundo entero y aludiendo a lo que más queremos–nuestra islita. Nos han hecho salir a defender nuestra dignidad y exigir respeto a nuestra identidad desde todos los puntos del planeta y no dudo que lo haremos en el mismo foro desde donde surgió –en el político–.
Al final, en medio de esta crisis emocional en que todos nos sentimos heridos, quiero llamar a la razón y pedir a todos, que no tomen decisiones movidos por la pasión. Tenemos el privilegio de vivir en una democracia real, donde es posible escoger lo que deseamos para nuestro país. Aun sin estar afiliados debemos escoger con sosiego y con sabiduría, porque hay buenas y malas alternativas en todos los partidos locales y nacionales. Que Dios nos ilumine y derrame el don de discernimiento sobre nosotros para que sepamos escoger a los mejores líderes.
En cuanto a defender y conservar nuestra identidad, de eso sabemos nosotros, aquí y allá, siempre únicos e irrepetibles, porque siempre, no importa donde estemos vamos a seguir amando esta “Isla del Encanto”.