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Lucía y su sabrosa “Patisserie”

Por: Myra Sánchez
editorial@placerespr.com

 

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Lucía posee un talento innato y además se ha adiestrado en los mejores lugares y entre los mejores mentores. Suministrada.

Su pasión por la repostería, de repente, parece ser genética, aunque sus logros rompen esquemas. Y, es que en su familia todos cocinan, pero es ella, Lucía, la que decidió convertirse en profesional y hoy brilla.

Hablamos de Lucía Merino, una chica que desde siempre supo que el mundo de los dulces es uno fascinante, que hace feliz, no sólo al que degusta cada delicioso postre, sino al que lo confecciona.

Motivada por esa pasión y luego de identificar el gran talento que Dios le dio, Lucía completó sus estudios en una de las más prestigiosas universidades enfocadas en gastronomía: Johnson & Whales University, en la Florida. Posteriormente, tuvo la oportunidad de trabajar en lugares de gran prestigio como The Ritz Carlton Hotel en Key Biscayne, el Restaurante Igueldo en Barcelona; el St. Regis Resort en Bal Harbour; el Fountainbleu Hotel en Miami Beach y el Oak Restaurant de Dallas. Mejor aún, entre una y otra experiencia, estuvo expuesta al entrenamiento del Pastry Chef francés Frederic Monnet, algo que de alguna manera siente expandió sus horizontes. Sin embargo, cuando le preguntamos a Lucía a quiénes puede considerar sus mentores, nos dice: “Tengo dos grandes chefs/amigos que me guiaron y me ‘’empujaron” a ser la pastry chef que hoy soy: Chef Richard Gras y Chef Jordi Valles”.  Nuestra entrevistada se refiere a dos prestigiosos chefs de New York y Barcelona respectivamente.

Su gran sueño, tener su propio negocio, hoy comienza a ser una realidad bajo el nombre de Lucia Patisserie, en lo que a nosotros, en este medio, nos gusta llamar “el nuevo Miramar”.  De ello nos dice: “Comencé con mi novio a trabajar nuestro propio negocio a partir de agosto de 2015. Mientras Johan se ha encargado de todo el andamiaje y la parte administrativa, yo me ocupo de crear recetas y producir las órdenes para nuestros clientes. Entre los dos creamos los menús de temporada. Creo que hacemos un buen equipo, nos complementamos y trabajamos fuerte para traer nuestra visión del negocio a la vida. Aún con todos los obstáculos que se han presentado desde el comienzo, hemos seguido enfocados en esa meta por alcanzar, apoyándonos mutuamente”.

  • Cortesía Lucía Patisserie.

Para alcanzar el objetivo de tener su propio negocio y de que éste abra de forma exitosa, Lucía entiende que ha tenido que asegurarse de que la idea se hiciese realidad con un concepto de calidad, para lo cual reconoce que la preparación que tiene, sus experiencias personales y la organización, son elementos que hacen la diferencia. De otra parte, nos cuenta que para llegar a esta etapa “Nos comprometimos desde el inicio a compartir fotos de nuestras creaciones diariamente, en Instagram y Facebook y esto nos ha ayudado en cantidad a atraer clientes. Gracias a esto, ellos nos han ido conociendo, han visto de qué se trata lo que hacemos y han seguido y apoyado nuestra trayectoria”. 

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Johan Villafañe y Lucía Merino, propietarios Lucía Patisserie. Suministrada.

Nos acostumbramos a escuchar que “detrás de cada hombre hay una mujer”, pero cada vez es más frecuente ver lo contrario. Lucía nos cuenta que en términos de adaptaciones personales “Ser una pareja que abre un negocio juntos, ha tomado mucho esfuerzo para lograr el balance y aprender a separar la relación de pareja con la relación de socios de trabajo”.  La ‘buena vibra’ se percibe y de hecho la eficiencia de cada uno. Lo anterior no debe ser sorpresa porque fueron compañeros de estudios y tienen la experiencia de vivir juntos en diferentes ciudades como Madrid, Barcelona, Miami y Dallas; de adaptarse y complementarse. De hecho, de esa compenetración surge haber seleccionado juntos el local ideal que hoy abren en Miramar.

Aunque el logro de establecer su propio negocio, desde donde ya satisfacen órdenes, pero todavía están en proceso de abrir al público el área de servicio, Lucía mantiene una postura discreta: “Nos sentimos que se requiere un esfuerzo diario y el triunfo no se puede tomar por hecho. No importa el reconocimiento que ganemos, seguimos trabajando igual de fuerte como el primer día. Nosotros comenzamos todo esto con una visión clara y con mucha humildad a la vez. La reacción de nuestros clientes cuando prueban nuestros postres es muy positiva. Esa es la señal más clara y la más gratificante de esta odisea. Y el hecho de que muchos regresan, también nos confirma que nuestra dedicación no es en vano y que logramos ofrecer algo especial”.

Para Lucía y Johan, el gran reto ha sido empezar de cero: cero dinero, cero equipo y sin local. “Aunque te imagines que será mucho, no hay forma de imaginar la cantidad de tiempo, energía y trabajo que requiere lograrlo”. Así mismo, les ha resultado maravilloso contar con el apoyo de las personas cercanas, como la familia, los amigos y otros que aparecen como ángeles a darles la mano.

Hablando de las satisfacciones obtenidas en el proceso, Lucía habla de que lo más maravilloso es que los clientes les llamen o escriban luego de probar algún postre, que se tomen el tiempo de compartir la experiencia y que vuelvan a solicitarlos: “…Ponemos tanto de nosotros en nuestros productos para hacerlos frescos, intentando usar ingredientes locales siempre que nos sea posible, manteniendo la mejor calidad en nuestra cocina”.

A quienes emprenden un nuevo negocio, Lucía les aconseja: “No te des por vencida/o. Siempre habrá alguna situación que te haga dudar, ganas de rendirte, problemas que se presentan, hasta ¡Apagones en toda la ciudad! Pero, hay que continuar con certeza y con una actitud proactiva, no importa lo que pase. Tu sueño es tan importante y alcanzable como el nuestro”.

Y sobre nuestro amado Puerto Rico y cómo lo ve, Lucía expresa: “…Nosotros tratamos de no dejarnos llevar por la negatividad y enfocamos en las oportunidades. Lo cierto es que se está viendo un movimiento bien positivo en la industria culinaria de PR”. Y, en placerespr.com, estamos de acuerdo…

Lucía Merino, una joven que se abre camino, con su gran talento, para orgullo de Puerto Rico.


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