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Síndrome del Túnel Carpiano

Por: Sylvia A. Agostini

editorial@placerespr.com

El síndrome del túnel carpiano presenta un cuadro clínico que afecta a muchas personas, predominantemente del sexo femenino y a otros cuyos oficios y trabajos propenden del uso, la presión o el peso, continuo y excesivo, sobre las manos. Entre la muñeca y el área central de cada mano, hay una zona específica, algo angosta, que resguarda el nervio mediano. Este nervio facilita y da libre movimiento, tanto a las manos, como a los dedos. La zona en cuestión se identifica como túnel carpiano.

Este síndrome está asociado con el dolor que se manifiesta y el paciente comenzará a notarlo, en la medida en que deposite algún peso o presión sobre la zona afectada. Hay quien expresa sentir los dedos rígidos o agarrotados, cuando trata de hacer labores comunes de su oficio. Otros, sienten corrientes, hormigueo y entumecimiento en los dedos, inicialmente entre el dedo pulgar y el índice.

El trabajo constante en computadoras y el uso del ‘mouse’ pueden contribuir a esta condición. Suministrada.

En la medida en que se prolongue la presión y el ejercicio continuo, los síntomas se extenderán hacia otras áreas como el codo y, en casos más severos, hasta el área cervical. Por lo general, además del dolor, surgirán inflamaciones en los ligamentos y los tendones, que producirán sensaciones incapacitantes, que afectarán al paciente en su vida normal y, por ende, en su desempeño laboral. “Algo tan sencillo como darse unos golpecitos sobre el área del nervio mediano, a nivel de la muñeca, puede disparar el dolor, desde la muñeca hacia la mano”.

Es por ello que lo recomendable es, que tan pronto una persona descubra las molestias ocasionales y los dolores en la zona en cuestión, busque ayuda médica. Cuando la situación es leve, el médico primario puede recomendar fármacos para la inflamación y el dolor. En el caso en que éste determine que la condición merece más atención, podría inyectar antiinflamatorios directamente en el área y recomendar terapias y descanso. Si el médico primario aprecia que la situación requiere la ayuda de un especialista, el paciente será referido a un fisiatra. Este profesional recomendará terapias en lo que llegan los resultados de las placas o estudios que se recomiendan, entre ellos: una electromiografía o medición de músculos y nervios, y/o un examen de velocidad de conducción del nervio.

Cuando la condición es más preocupante, el fisiatra podría recomendarle al paciente una evaluación por un cirujano de manos o un ortopeda. Hoy día, con el avance de la medicina en esas áreas, existe una microcirugía que apenas deja huella y que arroja muy buenos resultados. Tan es así, que en medio de esta investigación entrevistamos a una estilista que después de muchos años de ejercer la profesión comenzó a tener los síntomas del síndrome en ambas manos. Por necesidad, a pesar de estar padeciendo dolor, esperó a que la situación requiriese cirugía. Con una diferencia de varios años, tuvo que ser operada de ambas manos. Previo a ser dada de alta, recibió terapias que incluyeron algunos ejercicios. Además, tuvo que usar una férula o aparato removible, los llamados “splints”, para mantener la posición del área afectada.

Algunas personas, consciente o inconscientemente, reclinan su cabeza sobre las manos o duermen apoyándose en las mismas, algo que debemos evitar. Otros, apoyan el peso del celular y del “tablet” entre el centro de la mano y el dedo pulgar, algo que a la larga puede producir grandes molestias. Tanto el ama de casa que teje y borda, como el mecánico que ejerce presión y fuerza sobre las áreas concernidas, entre otros, pueden ser víctimas de este síndrome.

Para aquellos que quieran evitar una cirugía, es necesario que hagan ajustes, ejercicios de estiramiento, darse masajes y compresas frías y/o calientes en el área. Asimismo, es aconsejable utilizar almohadas para apoyar los brazos mientras se permanezca acostado, lo cual ayudará a descansar, relajar y mantener buena circulación desde el hombro hacia abajo.

El síndrome del túnel carpiano puede ser incapacitante y es cada vez más frecuente en personas a partir de los 30 años. Por lo anterior, aconsejamos a nuestros lectores que al menor síntoma, visiten su médico.