Cómo Ayudar a tu Niño Especial
Por: Sylvia A. AgostiniTodos los niños merecen y requieren amor y cuidado desinteresados. Pero, tu hijo puede ser especial, cuando por algún motivo tiene alguna necesidad de atención, diferente a la del promedio de su misma edad, sobre todo cuando llega a su etapa escolar y asimismo, en cada retorno a clases.
Para los niños especiales es necesaria la creación de escuelas y centros de ayuda donde se les garantice el derecho a una formación educativa adecuada y a tono con sus necesidades. Tu hijo puede requerir ayuda para superar situaciones particulares que pueden estar relacionadas con:
- Sus características físicas
- Su conducta emocional
- Sus habilidades comunicativas
Muchos niños especiales pueden ser retraídos, excesivamente agresivos, y/o presentar dificultades de lenguaje, en su articulación y fluidez o presentan alteraciones del habla que les afectan su capacidad para comunicarse. Sin importar si su diferencia es física, funcional o psicológica, sus necesidades son reales y los padres se ven en la necesidad de buscar respuesta en métodos educativos no tradicionales.
Es posible, que los padres no reconozcan las limitaciones particulares de sus hijos, durante las primeras etapas de su desarrollo y/o hayan estado en un proceso de negación. Puede darse el caso de que, aunque han distinguido algunos patrones o señales en la actitud de sus niños, las hayan considerado aceptables y no le hayan dado la debida atención en su momento.
Entonces, los matriculan en una escuela regular en donde, al estar en grupo, las señales dan paso a la realidad en que pueden enfrentar problemas de adaptación y posible rechazo.
Jean Piaget, el distinguido psicólogo suizo, advirtió en sus estudios psicológicos sobre el desarrollo humano y el comportamiento infantil, que el niño, de acuerdo con la interacción biológica y ambiental, pasa por unas etapas, a saber:
- Aquella en la que se aprecia su inteligencia y se desarrolla lo senso-motriz, desde su nacimiento hasta los 2 años
- La de pensamiento pre-operacional, entre los 2 y los 7 años
- La del desarrollo de sus operaciones intelectuales concretas, entre los 7 y los 11 años.
- La del desarrollo de sus operaciones formales o abstractas, que ocurre desde los 12 años en adelante.
Se hace indispensable que los padres lean y se eduquen para apreciar el desarrollo de sus hijos, porque su crecimiento comprende: el aspecto físico, el psicológico, el emocional, conjuntamente con su adaptación social.
Cuando tú estás consciente de que tu hijo necesita ayuda en su desarrollo como ser humano, debes buscar la misma de inmediato y obtener un diagnóstico que te dirija a actuar de acuerdo con la severidad del impedimento.
Recurre a un psicólogo infantil que, de acuerdo con la información que le facilites sobre el menor, analizará: su comportamiento desde el nacimiento, su desarrollo físico, cognitivo, motor, lingüístico, perceptivo, social y emocional.
El psicólogo infantil obtendrá un cuadro específico, hasta considerar las posibles explicaciones e implicaciones del caso en consideración. Además, podrá sugerirte otros profesionales especializados que te ayudarán a manejar las distintas situaciones del menor; entre ellos, un neurólogo, un especialista del habla y otros terapistas. La actitud, el comportamiento, las características biológicas, las predisposiciones genéticas y todo lo que concierne con los padres del menor, son relevantes y dignas de consideración al analizar cada caso.
Si no lo has hecho ya, necesitas identificar y evaluar cual atención especial es necesaria para apoyarlo. Observa el desarrollo físico y psicomotor de tu niño, hazle pruebas auditivas y de visión, observa su lenguaje y su expresión corporal, sus dificultades emocionales o de conducta. Revisa su cuadro médico y/o de salud.
Identificada alguna situación particular, es probable que tu niño necesite un salón donde haya un mínimo de estudiantes, maestros con educación especial y posibles terapias. De igual manera, deberás estar seguro de que recibe mucho amor por parte de sus allegados, que no es aislado y que no estará expuesto a maltrato ni a prejuicios.
Habrá un momento en el que todo fluirá mejor. El menor estará bien ubicado y recibirá una educación integral; por lo que, poco a poco la familia vivirá más satisfecha y en paz. Las escuelas que utilizan el método de María Montessori o de Jean Piaget, pueden ser alternativas a considerar.
“Los niños nacen ya dotados de habilidades específicas que su educación puede y debe potenciar”… Platón