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La barba y el “pelaje” masculino

Por: Ivelisse Agostini

Hasta hace solo unas décadas, el vello en los hombres se consideraba un símbolo de virilidad y, por lo general, los llamados “sex symbols” masculinos, eran hombres de “pelo en pecho”, como ejemplo, los protagonistas de James Bond, a excepción del último. De otra parte, la historia nos demuestra que la barba ha estado presente en muchos líderes, no solo porque fuera lo común de su época o por tendencia de moda, si no porque de alguna manera enviaba algún mensaje sobre la personalidad de éste.

Las tendencias y la percepción en torno al vello masculino dan un giro importante para los años ‘90’s cuando surge el concepto del “metrosexual”, a través del cual el hombre comienza a hacer cambios significativos en su arreglo personal, incluyendo depilarse. Entonces surgen entre heterosexuales las cejas finas”; brazos, pecho, axilas, zona púbica y piernas depilados. Así las cosas, algunos de los que antes eran recursos femeninos, comenzaron a ser  comunes entre los hombres. De esta tendencia, ha prevalecido darle forma a las cejas, pero el auge en la depilación en el resto del cuerpo ya no es el mismo, limitándose a sólo algunas zonas, como las axilas y las piernas, especialmente entre modelos y quienes practican deportes.

Aunque algunos estudios demuestran que la opinión de la mujer moderna parece estar dividida proporcionalmente  por el hombre velludo o el que es lampiño y/o depilado, la realidad es que no hay razón para pensar que tienen opción de imponer su gusto. Y es que, en esto del vello masculino la genética es determinante y cómo llevarlo depende de factores como la percepción cultural y el gusto para mantenerlo. De hecho, es común que muchos de los que llevan pelo en pecho tiendan a ser calvos. Es tan irónico que uno de mis hijos me decía “Lo que pasa es que el pelo emigra… de la cabeza al pecho”. De otra parte, te encuentras con que la mayoría de los que comienzan a padecer de alopecia (calvicie) terminan rapándose toda la cabeza y se dejan algún tipo de barba, pensando que lucen más atractivos, algo que, según la mayoría de las mujeres, es verdad. También se da el caso del que tiene abundante vello facial y nada en el pecho. La flexibilidad que existe en este momento en torno al pelaje de los hombres y lucirlo o no, ha llevado a que algunos identifiquen su selección como rasgos de su personalidad o lo que desean proyectar.

Por lo común, al hombre velludo, calvo o no, le crece una buena barba, pero llevarla y cómo llevarla depende de otros factores.  Por dar un ejemplo, la barba no está bien vista en lugares como Japón, aunque ya pueden verse algunas muy discretas entre celebrities. Igualmente, algunas profesiones tienen sus reglas no escritas sobre este tema, y es que, de llevarla, debe ser corta, estilizada y muy bien mantenida. En contraste, durante la última década regresó la moda de llevar barbas muy largas, hasta tipo hípster (un estilo urbano que algunos definen anti-moda, porque prefieren lo natural y las tendencias vintage).

Para unos y otros hay alternativas y la selección de quien la lleva “habla” de que:

  • Desde una perspectiva psicológica, el hombre que mantiene su rostro afeitado desea lucir joven, limpio, responsable y considerado. Mientras, el hombre con barba desea proyectarse masculino, agresivo, rudo, sexy, con más edad y/o madurez.
  • La barba corta, estilizada y bien cuidada la llevan algunos profesionales y fashionistas y quienes desean proyectar disciplina y orden. En estos casos, vemos que quien la lleva, no la deja crecer más allá de cierto nivel (corto) y jamás permite que pierda la forma.
  • Barba de solo días, a menos que sea muy corta, tenga una buena forma y el hombre limpie áreas como el cuello, proyecta desinterés y hasta que padezca alguna depresión.
  • La proyección del que lleva barba larga va a depender del cuidado que le dé. No demasiado larga, con forma y bien mantenida, puede proyectar una imagen interesante, de un hombre seguro, intelectual y humanista. En el caso de los que llevan las barbas frondosas y muy largas al estilo “hípster”, aunque hablan también de sentirse cómodos consigo mismos y de que no les importan las opiniones de otros, realmente son las que resultan menos atractivas para las mujeres, por estética y, con razón o sin ella, por higiene. Siempre se dan aquellas que, aunque muy largas son bien mantenidas y resultan altamente interesantes para algunas mujeres.
  • Con menos auge están el bigote, el “candado”, la “chiva” y las patillas, a menos que formen parte del “conjunto” que forma el estilo de barba que se lleve.

Al final, si me preguntan a mí, siempre me ha gustado el hombre velludo, pero que esté bien afeitado o que apenas se le note “la sombra” de la barba y en este caso no hay proyección alguna, solo un proceso natural. Evidentemente, ya se sabe que puede haber una proyección que sea solo eso, apariencia. Además, por encima del asunto del pelaje que tenga o no un hombre, hay otras muchas cosas que son mucho más importantes. Sin embargo, si para tu hombre la barba es un detalle importante en su apariencia personal, te sugerimos consideres regalarle implementos para su mantenimiento o una tarjeta de regalo de un estilista especializado en barbas para el Dia de los Padres o cualquier otra ocasión importante.


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