Protección de tu propiedad
Según se ha ido prolongando la recesión económica, la protección de tu propiedad como activo económico, se ha convertido en un reto enorme ante el bombardeo de situaciones inesperadas que afectan nuestro país.
El escenario actual muestra un altísimo porcentaje de personas en edad productiva con menores ingresos por diferentes circunstancias, entre ellas:
- Empleados con menos salario/ingresos, debido a cambios internos en sus respectivos empleos.
- Desempleo de alguna de las personas que aportan ingresos al hogar.
- Reducción en intereses que antes devengaban por ahorro, bonos o evoluciones en bienes raíces.
- Aumento en el costo de vida, particularmente en artículos de primera necesidad, planes médicos, educación, etc.
Desde el que dispone de mayores ingresos, hasta el más organizado en sus finanzas, está notando el impacto de alguno de estos factores y la alternativa de reducir los gastos los lleva a considerar “refinanciar” sus deudas, mediante préstamos personales o el refinanciamiento de la hipoteca de alguna propiedad.
En vista de que las instituciones bancarias y/o financieras han aumentado sus exigencias crediticias, es cada vez más común que aún con un buen crédito (no excelente, caso más común), te soliciten que ofrezcas alguno de tus activos como colateral y/o garantía para un préstamo personal o comercial. De igual forma, es una gran tentación pensar en refinanciar tu hogar para reunificar deudas y con ello reducir cantidad de pagos y el total de desembolsos mensuales.
Basado en la primicia anterior, a continuación te damos unos cuantos consejos que debes considerar antes de tomar cualquier decisión:
- Si tu vivienda está libre de hipotecas y puedes evitarlo, no la ofrezcas como garantía.
- Si tu automóvil está saldo y puedes evitarlo, no lo ofrezcas como garantía.
- Antes de considerar refinanciar tu propiedad, ofrece como garantía (si aceptable por institución) objetos de valor que no sean de primera necesidad, por ejemplo: prendas, obras de arte, antigüedades, equipo electrónico de lujo o semejantes.
- Si aceptables como garantía por su valor, muy probablemente algunos de estos objetos pueden ser vendidos y evitar incurrir en deudas si el resultado de la venta se utiliza para saldar cuentas.
- Aunque sumar el monto del total de tus deudas y refinanciar tu propiedad por un pago mensual (total) más bajo aparenta ser una solución, tienes que analizar los siguientes datos:
-Estás alargando el término de saldo, tanto de tu propiedad como de otras deudas.
-¿Cuánto tiempo tomará liquidar el total?
-¿Cuánto costará, aun con menor interés de las cuentas refinanciadas, alargar el término?
-¿Es posible limitar el préstamo a un mínimo de años y seguir pagando menos, aun cuando el banco te imponga gastos por originar nuevo préstamo, cancelación hipoteca anterior, gastos legales, entre otros necesarios para refinanciar?
-¿El pago total es uno que podrías afrontar aunque surgieren imprevistos?
-¿Realmente la situación amerita poner en riesgo tu propiedad?
-¿Hay alguna ventaja (de acuerdo con la tasa de interés que consigas) a corto plazo sobre tus contribuciones fiscales?
En resumen, si luego de evaluar todas las consideraciones anteriores, tu decisión es la de refinanciar deudas de alguna de las dos formas, préstamo o hipoteca, porque entiendes es necesario, nuestros mejores consejos son que:
- Cierres inmediatamente cuentas que logres saldar, especialmente si son tarjetas de crédito (las estadísticas demuestran que la mayoría de las personas vuelven a elevar estas deudas si no cancelan las tarjetas de crédito).
- Evita excesos y gastos extraordinarios, por lo menos por un año o dos en lo que se ven cambios notables en tu economía personal y general.
- Identifica la forma de generar mayores ingresos y ahorra de forma segura, sin riesgos.