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Aprende sobre “Disciplina Positiva”

Por: Myra Sánchez

En esto de educar bien a nuestros hijos, especialmente dentro del núcleo familiar, pasamos por todo tipo de experiencias, que serán más complicadas en la medida en que estemos menos informados. Lograr los objetivos de una educación adecuada va a depender, en gran medida, de establecer buena disciplina, de modo que ellos se desarrollen entendiendo que hay un tiempo para todo, para lo que son responsabilidades y para las diversiones. Más importante aun, hay que lograr disciplinarnos y que ellos entiendan que los seguimos amando.

Los niños deben saber que los amamos aun cuando son disciplinados. Suministrada.

Partiendo de esa premisa fue que los psiquiatras Alfred Adler y Rudolfl Dreikurs establecieron los principios de la llamada “disciplina positiva” que luego desarrollaron las psicólogas Jane Nelsen y Lyn Lott. Fue a través de estos estudiosos de la conducta que se comenzó a tomar conciencia de lo importante que es que los adultos aprendan a manejar adecuadamente las actitudes que presentan los niños, a entender sus razones para manifestarlas, para lograr mejores resultados. De hecho, a través del mundo se han creado “escuelas para padres” que tienen como base las teorías y consejos de Nelsen y Lott y promueven que “la disciplina positiva es educar desde la amabilidad y la firmeza”.

Entre los principios de la “disciplina positiva” se encuentran los siguientes:

  • La forma en que un niño se comporta tiene como propósito sentirse importante, tener sentido de pertenencia y poder relacionarse. Lograr que se comporten adecuadamente va a depender de que los padres observen, entiendan y actúen correctamente para corregir cualquier percepción equivocada, porque…
  • …El comportamiento de los niños está matizado por sus interpretaciones y percepciones
  • Si se sienten bien, los niños se portan bien
  • Cuando un niño se porta mal, es por falta de motivación
  • Niños y padres merecen respeto y ello se logra siendo amables, pero firmes.
  • No podemos movernos entre extremos de continuos castigos, ni de ser muy permisivos, un problema que a veces se distribuyen entre padre y madre. El castigo provoca rebeldía y ser muy permisivo, manipulación. Se destaca que los padres no pueden caer en el error de premiar siempre, como si hacer lo correcto fuera excepcional, ni de castigar todo el tiempo, en cuyo caso el niño puede creer que todo lo hace mal.
  • La disciplina positiva debe enfocarse en la solución de problemas, entender que de los errores o de no hacer algo bien, se aprende a corregir. En otras palabras, los padres y adultos, en lugar de criticar y humillar, deben ser las figuras para estimular el proceso de que los niños entiendan que pueden haber mejores resultados si se persevera, si hay responsabilidad y compromiso. Los problemas no se resuelven con castigo, sino dialogando, repasando lo ocurrido para solucionarlo y evitarlo.
  • Los niños necesitan aprender herramientas que les ayuden a manejarse bien, que les sirvan a corto, pero sobre todo, a largo plazo, para vivir en comunidad, actuando responsablemente, con habilidad para resolver problemas y ejercer auto-control.
  • Hay que enseñarle a los niños a no sentirse mal cuando no hacen algo bien o se sientan imperfectos, a manejar sus frustraciones. Tienen que aprender a aceptarse tal cual son, conociendo sus limitaciones, pero aprovechando y dedicando tiempo al desarrollo de sus talentos y habilidades.

Dreikurs fue enfático en que los padres no deben vivir imponiéndose como estuvieran compitiendo con los niños, y expresó que “lo importante no es ganarles, sino ganárselos…”

Al final, ser padres y educar a nuestros hijos presenta un gran reto y una gran responsabilidad, aparte de que cada uno de nosotros tuvo sus propias carencias. Sin embargo, nuestros hijos no pidieron nacer y merecen que desde nuestras limitaciones les ofrezcamos la mejor educación moral e intelectual, mientras les ayudamos a desarrollar su inteligencia emocional y su autoestima, algo que se logra obteniendo la información correcta.  Precisamente porque cada uno trae su propio “equipaje”, los adultos debemos asegurarnos de que nuestros queridos niños se desarrollen individualmente, sin presiones, como promueve la disciplina positiva, sin pretender vivir su vida ni resolver sus problemas, sino estimulando a que aprendan a resolverlos ellos, mientras nos aseguramos de expresarles amor y aliento.


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