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Mascarilla y la halitosis o mal aliento

Por:  Sylvia A. Agostini
editorial@placerespr.com
 

Con el uso de la mascarilla que cubre nariz y boca como medida para preventiva para el contagio del COVID 19, algunos han descubierto que sufren problemas de mal aliento o halitosis. Hablamos de una condición común para la que no existe una solución única. Se dice que una de cada dos personas lo padece y que, en la mayoría de los casos, es de origen bucal.  Por lo tanto, lo más oportuno es, consultar a un odontólogo o dentista especializado.  Sin embargo, existe un grupo de personas que sufren de un tipo de mal aliento que es de origen gástrico.

Por lo general, las personas que sufren de halitosis no lo saben porque nadie ha tenido la confianza de hacérselo saber y porque puede que ni siquiera lo sospechan. Suele pasar que nos acostumbramos a nuestros olores y detectarlos no nos resulta fácil.  Tampoco nos gusta compartir sobre el tema, ni aun con los profesionales de la salud.

La halitosis bucal puede surgir por:

  • Residuos de comidas que se acumulan entre los dientes
  • Comidas que se adentran por las encías, causando problemas periodontales
  • Placa bacteriana que se produce en la lengua
  • Caries dentales
  • Elevación de proteína salivar
  • Falta de higiene adecuada
  • Sequedad en la boca debido al efecto de algún medicamento
limpiador-lengual para el mal aliento

Limpiador de lengua. Suministrada.

En caso de padecerlo y visitar un odontólogo, posiblemente te hará algunas entrevistas mientras que considerara estas posibilidades.  Una vez te haya realizado algunas radiografías y exámenes al respecto y tenga un cuadro clínico definido podrá establecer las pautas a seguir para remediar tu situación particular. Estos especialistas disponen de nuevos equipos para detectar la condición.

En el caso de que tu mal aliento no se origine en el área bucal, habrá que considerar otras posibilidades, entre ellas:

  • Tu estado de salud
  • Tu estilo de vida
  • Problemas o condiciones del tracto respiratorio superior e inferior
  • Enfermedades nasofaríngeas: como sinusitis o infecciones de garganta
  • Dieta o ingesta de alimentos de fuerte olor: cebolla, ajo o curry entre otros,
  • Problemas gastro-intestinales o situaciones bacterianas en esa área.
  • Otras enfermedades sistémicas: renales, hepáticas, hormonales o diabetes.

No es fácil localizar la fuente del mal olor y, por otro lado, se dice que los malos olores de origen sistémico pueden ser de mayor intensidad y más prolongados. En estos casos lo mas común es que tenga su origen en alguna condición gástrica, sea por una mala dieta con exceso de toxinas, azucares y grasas o por alguna condición bacteriana y hasta por estreñimiento. Por lo anterior, algunos acuden al consumo de alimentos ricos en fibra y de antioxidantes; a tomar probióticos para lograr un balance en la flora intestinal; y a tomar antiácidos si padecen de acidez estomacal. En algunos casos la persona sabe que padece de alguna condición como las antes mencionadas, pero si lo desconoce, debe visitar al gastroenterólogo para que este proceda a hacer los estudios pertinentes para identificar el problema que esta ocasionando este otro sintoma.

Si sospechas que padeces de halitosis, permite que tu dentista te ayude a detectarla y te sugiera visitar otros médicos cuando así lo considere necesario.  Lo más probable es que seas parte del grupo que padece de mal aliento de origen bucal.  No descartes tampoco que tu halitosis se produzca por situaciones nasales.  Después de todo, vivimos en una Isla con un grado elevado de contaminación, por lo que la sinusitis es algo muy común.

Recuerda que tu salud oral es muy importante.  Disponemos de cepillos, pastas y tratamientos para mantener la buena higiene bucal.  Limpia tu boca después de cada comida, usa hilo dental, enjuágate la boca, usa un cepillo especial para mantener limpia tu lengua y haz gárgaras cuando lo creas necesario.

Las personas que fuman habitualmente desarrollan un aliento característico; por lo que deben cuidar con más esmero su mal aliento y evitar que los dientes se tornen amarillos por la nicotina.

Nada como una bella sonrisa y un aliento sano.


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