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Ataque de Pánico

Por Sylvia A. Agostini
editorial@placerespr.com

Dentro del marco de referencia de los trastornos de ansiedad, el ataque de pánico se caracteriza porque se presenta sin previo aviso, de forma repentina. Esto puede ocurrir en personas de cualquier edad, incluyendo jóvenes, que viven sometidos a un intenso estrés.

El ataque de pánico toma a las personas tan de sorpresa, que les produce sensaciones similares a las de un ataque cardíaco, asfixia, situación cerebral, espasmos musculares y alteraciones en diversas partes del organismo. Su impacto puede marcar, al que lo padece, por el resto de su vida, porque se queda con el temor de otro posible evento. Esto es así, porque es algo que no se puede prevenir. Quienes padecen de un ataque de pánico hablan de sensaciones de angustia, que les hacen sentir impotentes y vulnerables ante la percepción de un daño. Se dice que solo en Estados Unidos los ataques de pánico afectan a tres millones de personas y que son las mujeres las más propensas a esta condición.

De otra parte, como algunas de las sensaciones son semejantes a las que producen otras condiciones, como es el caso del vértigo, es muy importante, que el afectado anote con detalle las circunstancias en que sufre los síntomas y cuáles en específico presenta, de modo que el especialista pueda evaluar toda posibilidad y dar el diagnóstico correcto.

Cuando el afectado no busca ayuda, la situación puede tornase más seria con el tiempo. Conversar al respecto con los familiares puede ser de ayuda pues, aunque no se puede afirmar, se piensa que los ataques de pánico pueden tener un origen genético o físico o ser una reacción a algún medicamento que produce un aumento en las actividades del cerebro.

Síntomas más frecuentes
•Dolor de pecho
•Cambio del ritmo cardíaco
•Dificultad para respirar y resequedad en la boca
•Sudor
•Palidez
•Mareo – Visión borrosa
•Sensación de muerte
•Temblor

No todos los síntomas son iguales para todos los pacientes, aunque al final el diagnóstico sea el mismo. Esto se debe a que el factor biológico individual establece diferencias en nuestras reacciones ante circunstancias similares.

Busca ayuda
Nuestra recomendación, luego de hacer una investigación profunda de toda la variedad de síntomas y molestias que pueden estar relacionadas con estos episodios, es buscar ayuda inmediata de un profesional de la salud. Lamentablemente, por el parecido de algunos síntomas con otros padecimientos fisiológicos, muchos acuden a salas de emergencia, donde es poco probable que se haga este diagnóstico. Lo recomendable es acudir a un psicólogo y/o psiquiatra, o a un neurólogo, quienes se aseguran de hacer pruebas que descarten padecimientos físicos. Además, pueden trabajar en colaboración para establecer una combinación de tratamientos efectivos que pueden incluir: terapia para manejar situaciones que producen ansiedad que origina los ataques y/o medicar para evitar que los eventos se repitan.

Buscar un pasatiempo terapéutico como pintar, leer, exponerse a la naturaleza o aprender algún instrumento musical, puede ayudar a manejar la ansiedad. El ejercicio también es utilizado por muchos como excelente herramienta para botar las toxinas que produce el estrés.

Reiteramos que un ataque de pánico puede ser confundido con muchos otros padecimientos, por lo que sus síntomas tienen que ser tratados con inmediatez. No es algo en lo que se debe escuchar sólo lo que otros tengan que decir, ni siquiera otros que lo padezcan; hay que ver a un especialista.

Si padeces de alguno de estos síntomas, discute esto con tu médico. Es tu vida, tu salud, tu tesoro…


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