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Historia de la “Sanse”

Por: Myra Sánchez

La mayoría de los puertorriqueños conoce que estas fiestas son en honor a uno de los primeros mártires de la Iglesia, pero no el sinfín de detalles sobre éste y lo que motivó estas celebraciones. Por eso, a continuación les ofrecemos lo que cuenta la historia.

De origen francés y cristiano, San Sebastián trabajaba para el ejército romano ocultando su fe. Fue descubierto y llevado ante el emperador, quien le dio a escoger entre servirle a él o servirle a Jesucristo. Al escoger continuar al servicio de Jesucristo, San Sebastián fue condenado a muerte y le lanzaron saetas (lanzas punzantes) que se clavaban en su cuerpo hasta que le dieron por muerto.

Sin embargo, cuando otros cristianos fueron a recoger su cuerpo, descubrieron que todavía estaba vivo y lo atendieron hasta estar totalmente recuperado, lo que tomó cerca de dos años. Ya recuperado se presentó ante el emperador Maximiliano para cuestionarle su injusta persecución a los cristianos. El emperador, que hasta entonces lo creía muerto, lo apresó nuevamente y ordenó que le dieran latigazos hasta asegurarse de que efectivamente muriera. Desde entonces sus restos reposan en las catacumbas de la Vía Apia en Roma. Se dice que este es uno de los santos cuya imagen ha sido plasmada más veces al lienzo por artistas entre los cuales se encuentran El Greco, Botticelli y Rafael, con obras que muestran su martirio.

Origen

Las Fiestas de la Calle San Sebastián tuvieron sus inicios en 1954 cuando el párroco de la Iglesia San José las crea a los fines de recaudar fondos para la iglesia y reparar las calles de alrededor. Esta primera etapa dura muy poco pues al párroco lo mueven de iglesia.

A principio de la década de los 70, don Ricardo Alegría, para entonces director del Instituto de Cultura Puertorriqueña, le solicita a la líder cívica, doña Rafaela Valladares, que se reanuden las fiestas y que los fondos que se obtengan sean donados al Colegio de Párvulos que entonces existía en el Viejo San Juan y pasaba por gran necesidad. Aunando fuerzas y entusiasmando a otros líderes sanjuaneros, así como a los comerciantes del área, las fiestas comenzaron a celebrarse nuevamente en 1970, de jueves a domingo del tercer fin de semana de enero, fecha en que la iglesia celebra el día de San Sebastián.

Por esta fecha, las fiestas se han convertido en el verdadero cierre del periodo navideño, aunque lamentablemente el fervor religioso ha quedado atrás para destacar la fiesta y la algarabía que se extiende ya por todo el Viejo San Juan.

Actualidad

El rigor religioso prevalece en los actos de apertura, seguido de una procesión y de la marcha de los cabezudos, para luego premiar artesanos seleccionados y hacer la dedicatoria de las fiestas.
A lo largo de todo el fin de semana se celebrarán diferentes actividades en la Plaza del V Centenario, Plaza Colón, Plaza de Armas y La Barandilla.

Desde el matiz popular que hoy tienen las fiestas, los cabezudos siguen recordando personajes reconocibles por el pueblo, las plazas sirven de escenario para espectáculos artísticos y el cuartel de Ballajá es el albergue de una de las exhibiciones artística-artesanal más grande de la Isla. De hecho, cada año se escoge un cartel emblemático de las fiestas que se reproduce para la venta y colección del mismo.

De otra parte, como es la más multitudinaria fiesta patronal de Puerto Rico, las calles cercanas a la San Sebastián se llenan de quioscos de comida y bebida y muchos comerciantes ofrecen actividades en sus locales con el auspicio de marcas que aprovechan las fiestas para promover sus productos.

Por la variedad de ofrecimientos para divertirse y el expendio de licores, cada día son más los jóvenes que se mueven a la “Sanse” para pasarlo bien. Sin embargo, nos gustaría tengan más presente el origen de esta tradición y se cuiden de excesos y riesgos mientras disfrutan.