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Adornos Navideños

Por: Ivelisse Agostini

No sé cuantas personas conozco para quienes la ilusión más grande en la temporada es decorar su hogar con los coloridos adornos navideños. Hay casos en que se coleccionan algunas piezas y otros en que algunas pasan de generación en generación. Algunos de estos detalles son de buena confección artesanal y otros un auténtico lujo por el material en que están hechos.

Desde el tradicional arbolito, cada uno de los adornos de Navidad tiene un significado especial. Foto: CCO Creative Commons.

El hecho es que cada adorno que tenemos tiene su historia y tenemos la capacidad de recordarla y contarla a nuestros seres queridos. Sin embargo, es curioso, como la mayoría de las personas desconoce la historia de los elementos de decoración navideños más emblemáticos que suelen adornar cada hogar durante Navidad.  De hecho, todos tienen un trasfondo histórico, casi siempre de origen pagano, que luego se convirtió en Cristiano.

Así que, para que puedas contarle a tus hijos y nietos, a continuación te ofrecemos un resumen breve el origen y cómo se convirtió en tradición cada adorno:

La Corona

La confección de coronas surge de la Antigua Grecia donde se hacían guirnaldas con hojas de laurel en homenaje a sus dioses y ciudadanos distinguidos, como en el caso de los atletas. También los romanos utilizaban coronas en celebraciones, como el festival de la cosecha o Saturnalia.  Éste ocurría durante el solsticio de invierno y se le rendía honores al dios Saturno, dios de la siembra. En este caso, las coronas eran confeccionadas con acebo. De otra parte, un grupo de hechiceros que habitaba los bosques del norte europeo, conocidos como los “druidas” también utilizaron el acebo, junto con el muérdago, bajo la creencia de que tenían virtudes curativas. Además, para las fiestas del solsticio de invierno, hacían rituales semejantes a los romanos, pero con ramas de pino, y adornaban sus casas con coronas de flores para protegerse de los “males”.  Para los paganos de entonces, la corona circular también era un simbolismo que recordaba la continuidad entre estaciones y el ciclo de la vida. Con el tiempo a la corona se le añadieron velas que aludían a la luz del sol y que a su vez servían para pedir a ‘ese dios’ que no les faltara su luz y su calor durante el invierno.

La Corona de Adviento es la interpretación a una tradición antigua que dio un pastor misionero para contar los días antes de Navidad. Foto: CCO Creative Commons.

Con la llegada del cristianismo a los países europeos, la tradición es respetada y asumida, pero con unos simbolismos diferentes, donde las velas representan la luz que trajo Jesús al mundo y su forma circular el perdón eterno que nos ofrece Dios. Los cristianos añadieron cintas rojas como símbolo de la sangre de Cristo y de su corona de espinas.

Pero, es a un pastor-misionero protestante de origen alemán, Johann Hinrich Wichem, a quien se le adjudica que en 1839 creara un anillo de madera al cual añadió adornos y velas para contar los días que faltaban para Navidad.  De esta forma pudo tranquilizar a unos niños sobre ese detalle y como faltaban 19 días, puso 19 pequeñas velas rojas y cuatro velones blancos que simbolizaban las semanas de Adviento.

El Arbolito

Alemania es el país del mundo donde se alega nace la tradición Cristiana de poner un arbolito adornado para esperar el nacimiento del Niño Dios.

Se dice que desde tiempos primitivos, los pueblos del norte y centro de Europa conservaban dentro de sus viviendas plantas de hojas “siempre verdes” o perennes con un significado supersticioso y/o sagrado. Plantas como la hiedra, el muérdago, el acebo, el laurel, el pino o el abeto se suponían tenían valores curativos, entre otros. Era para el solsticio de invierno, cuando estos adornos eran puestos con más creatividad y entusiasmo, coincidente con el periodo de la posterior Navidad Cristiana.

Las manzanas fueron los primeros adornos utilizados en las ramas de pino. Foto: CCO Creative Commons.

La variedad de tradiciones paganas cambió allá para el Siglo VIII cuando San Bonifacio, cristiano a cargo de la evangelización en Alemania, airado por haber visto como sacrificaban a un joven durante una celebración, sustituyó un árbol en honor a Yggdrasil (“árbol del universo en cuya copa se suponía vivían todos los dioses”) y plantó un pino, el cual, por ser “siempre verde”, utilizó como símbolo del amor de Dios.  Como analogía y en sustitución a las ideas paganas, San Bonifacio lo adornó con manzanas, que recordaban la tentación y el pecado original y velas, que representaban la luz de Cristo, como salvación del mundo.

Con el paso del tiempo, aunque los adornos fueron cambiando, la tradición continuó, pero no es hasta el siglo XVII en que se dice que en Alemania se puso el primer árbol de Navidad similar al que conocemos.  A este país le siguieron Finlandia e Inglaterra. De esta forma, los distintos colonizadores europeos fueron moviendo la tradición a los pueblos conquistados en América, llegando a nosotros a través de España.

Por lo anterior, el origen del árbol de Navidad es un símbolo de adoración que los cristianos ofrecen en honor al nacimiento del niño Dios, no un artículo de decoración, ni objeto de superst

Adornos más utilizados  

Las velas, las cintas, las bolas, las campanas y todo lo demás anticipa algo bueno en Navidad. Foto: CCO Creative Commons

Como hemos mencionado, San Bonifacio originalmente puso manzanas para recordar la tentación, pero luego fueron interpretadas como símbolo de abundancia y fertilidad. De igual forma las velas simbolizaron la luz de Cristo, pero luego se le fue otorgando diferente connotación dependiendo del color: Roja por el amor; verde por la esperanza; blanca por la paz; azul por la tranquilidad y amarilla para empleo y dinero. En el caso de las campanas, los paganos las utilizaban para ahuyentar los malos espíritus, pero para los cristianos, su sonido y su imagen simbolizan la alegría por el nacimiento del niñito Jesús. El ángel y la estrella que son los ornamentos que usualmente se ponen el tope del arbolito, de distinta forma anunciaron el nacimiento del niño Jesús a los pastores y a los Tres Reyes Magos, por lo cual ambos simbolizan el camino que debemos seguir para llegar a Dios y también esperanza. El famoso muérdago que vemos en historias románticas de cine, era una planta que las civilizaciones antiguas consideraban medicinal y hasta mágica. En el caso de los celtas, era utilizada como un aliciente para la fertilidad. Pero fueron los italianos los que la hicieron famosa como la “planta del amor” y establecen la tradición de que ‘besarse’ debajo de una rama de muérdago es considerado una “promesa de amor’. Por todo lo anterior, en muchos lugares de Europa y en los Estados Unidos, muchos escogen colocar una rama de muérdago en algún lugar importante de una edificación por debajo del cual se pueda pasar para obtener buena suerte.

Como verás, muchos de estos adornos se utilizaron en épocas paganas para celebrar acontecimientos importantes, particularmente grandes cosechas y antes de la llegada del invierno. Sin embargo, el significado que hoy damos a estos es gracias al verdadero sentido de la Navidad que le damos los Cristianos.


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