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Efecto de Besos y Abrazos

Por: Myra Sánchez

Cuando llega la medianoche del 31 de diciembre de cada año, la tradición en muchos lugares del mundo, es que tras el conteo regresivo, las personas que se han reunido se fundan en besos y abrazos para expresar su alegría y sus mejores deseos. Lo que muchos ignoran es que, esos abrazos que se ofrecen en ésta y en otras ocasiones especiales, que parecen solo un sencillo gesto en el que extendemos los brazos para rodear a otra persona, no son simplemente una expresión de afecto como se dice por definición. Y, es que los abrazos sinceros son capaces de servir como consuelo ante el dolor y fortaleza para quien desfallece. También sirven como expresión de un momento de triunfo compartido o de alguna gran alegría y, definitivamente, para expresar cariño, amor, ternura, protección y calor.

La historia habla de que los primeros abrazos para un ser humano los han dado las madres, desde su vientre, hasta el momento en que tienen su criatura por primera vez en los brazos. Lo que debe haber comenzado de forma natural como forma de dar calor y abrigo, se convirtió en una expresión de ternura inspirada por el amor materno. Esa expresión se traspasó bajo las mismas premisas entre las parejas y luego entre los círculos familiares, para luego extenderse como una forma de demostrar afectos a otros. Como la dimensión de nuestros afectos varía, así mismo puede variar la forma de abrazarnos, de modos que pueden ir de lo sutil de un simple roce a un apretón fuerte, al estilo de los que dan algunas de esas “tías” que encontramos frecuentemente entre familias hispanas.

Muchos atribuyen a la maternidad el origen de los abrazos. Suministrada.

De acuerdo con un reportaje suscrito por Sebastian Ocklenburg, Ph.D, en la publicación digital https://www.psychologytoday.com/, los abrazos han sido motivo de investigación por el efecto que pueden producir entre quienes los dan y los reciben. Y las investigaciones demuestran que “ser abrazado por otros, pero también abrazarse a sí mismo, puede reducir la hormona del estrés; que los abrazos más largos se perciben como más placenteros que los abrazos más cortos y que las personas mayores que al menos ocasionalmente reciben abrazos tienden a sentirse mejor acerca de su salud”.

Parte de este conocimiento surge tras el “aislamiento” masivo ocasionado por la pandemia de COVID-19 y sus variantes, gracias a estudios que demostraron que se libera menos “cortisol”, la llamada hormona del “estrés”, cuando se siente un abrazo.

Asimismo, otros hallazgos de estudios mencionados en el reportaje, confirman que el sexo, la edad y el origen de las personas puede influir en la forma y la frecuencia en que se abrazan las personas. Siendo los más afectivos/expresivos, las mujeres, los jóvenes y las personas de países más cálidos. Pero en cualquier caso, a menos que se trate del rechazo de algunas culturas o de situaciones particulares en donde los abrazos no son bien vistos, abrazarse puede tener un efecto altamente positivo.

¿Y los besos?

Suministrada.

En torno a los besos, existen diferentes teorías, pero de alguna manera, todas tienen a la mujer y a las madres como protagonistas de sus orígenes. La intimidad que supone dio lugar a que en ocasiones fuera símbolo de reverencia a figuras de jerarquías y hasta de lealtades políticas, en cuyos casos se besaba mayormente su mano o el suelo que pisasen. Desde la perspectiva sexual que se fue transformando con el tiempo, los besos en la boca, aun los de un simple toque de labios, se consideraban privados hasta tan reciente como el siglo XX. Sin embargo, los besos en las mejillas como saludo y muestra de afecto, aunque surgen después de los besos en la mano, igual datan ya de siglos entre los europeos de la franja mediterránea entre quienes es común darse un beso en cada mejilla o como los franceses, que se dan hasta tres besos. Los asiáticos, de otra parte, son menos fanáticos del contacto físico que representan los besos y abrazos, pero muy hábiles y especiales en proyectar su afecto mediante otras expresiones corporales individuales que no conllevan contacto, pero consiguen demostrar afecto y ternura.

Al final, el efecto de estas demostraciones de afecto puede ser positivo entre las personas que están receptivas a recibirlos, así que asegúrate de expresarlos para no solo tu satisfacción personal, sino del que los recibe.