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Feliz con o sin pareja

Por: Myra Sánchez

Desde que el mundo es mundo, se promueve la idea de que para ser feliz es necesario tener pareja. Tan real es esto que en el relato bíblico de la creación, en Génesis 2:18, se describe: “Dijo luego Yahveh Dios: No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada.”  Es así como provoca que el hombre caiga en un profundo sueño y, de su costilla, Dios crea a Eva, con su misma naturaleza y Adán decide ponerle por nombre “mujer”. Sobre este nombre, que en hebreo significa “vivir” y que se interpreta como que Eva es “la madre de todos los vivientes,” algunos han querido relacionarlo con el latín “mulier” que significa “blando”, para interpretarlo como que la mujer es “el sexo débil.” 

Desde la premisa anterior y a través de otras tendencias filosóficas, el hombre piensa que puede vivir más feliz teniendo pareja. De otra parte, con el paso del tiempo, la sociedad, los gobiernos y las religiones han tenido que enfrentar la realidad del fracaso de muchas relaciones de pareja y han buscado opciones hasta lograr la disolución de matrimonios de forma legal a través del divorcio. Por su parte, la iglesia católica acepta la anulación en algunos casos, pero no volver a casarse, a menos que se pase por un proceso de “nulidad eclesiástica”, por unas causales específicas. Mientras, otras religiones admiten el divorcio y la posibilidad de volver a casarse sin mayor complicación. Quienes han sufrido el dolor de un fracaso de pareja han hecho más famosa la frase que se le atribuye a George Washington: “…es mejor estar solos que mal acompañados”, aunque él se refería más a las personas en general y no a las parejas.

Ahora bien, los conocedores de la conducta humana coinciden en que, aunque muchos se sienten más felices cuando consiguen tener una relación pareja romántica estable, esto no significa que otros puedan sentirse felices viviendo sin pareja. Hay estudios que apoyan ambas vertientes, pero son muchos los que sostienen que lo más importante para poder tener una relación pareja estable, es tener la capacidad de mantener buenas relaciones sociales, especialmente cuando surgen situaciones conflictivas entre su círculo inmediato.  Lo anterior lo logran personas que se sienten satisfechos consigo mismos y han aprendido, a veces con los “golpes de la vida” a discernir cuándo y cómo reaccionar ante situaciones en su entorno, sea cual sea éste, i.e.: familia, amigos, empleo, comunidad, etc. Esto significa que no es bueno enfrentar todo conflicto, ni tampoco evitarlos totalmente, ya que ambas actitudes impiden aprender de forma saludable, cómo manejarse socialmente. En otras palabras, ser feliz tiene mucho que ver con aprender a vivir solo, pasando tu tiempo en cosas que puedes disfrutar, sin amarguras. En algunos casos, se tratará de algo tan simple como distraerte con cosas que te gustan; en otros, dedicando tiempo a algo que ayude a tu crecimiento personal, tanto en el aspecto material, como en el mental, emocional y espiritual; en otras, ayudando a quienes estén necesitados de apoyo. De esta forma, aprendes a apreciarte, a apreciar el tiempo en solitario y a conocerte mejor. Como resultado, al exponerte a compartir con otras personas, puedes estar mejor preparado para identificar afinidades y desarrollar mejores relaciones sin prisas ni presiones. Igualmente, provocará mejor discernimiento en torno a cómo manejar relaciones con personas con quienes haya poca o ninguna afinidad, ante la imposibilidad de poderlas excluir de tu entorno. A veces, hay que comenzar de cero luego de alguna mala experiencia, pero con herramientas que antes no tenías.

Lamentablemente, la ausencia de conocimiento propio y de lograr sentirse satisfecho a nivel personal estando solos, hace que algunos se desesperen buscando con quien compartir y escogen mal sus relaciones, incluyendo pareja(s) inadecuada(s), algo que genera mayores sufrimientos. Por lo tanto, es necesario primero aprender a ser feliz consigo mismo para que sea más probable tener buenas relaciones sociales o de pareja. A tal extremo es esto importante, que cuando algunos superan no haber encontrado la pareja adecuada, logran sentirse tan felices en solitario, que prefieren compartir con amistades con quienes disfrutar agradables momentos y apoyarse de forma más o menos cercana, y no exponerse a una relación pareja.

En otras palabras, no hay garantías de felicidad por tener pareja y, de igual forma, es posible ser feliz estando solo. Asimismo, quien logra evitar vivir situaciones de conflicto en cualquier ámbito, vive más tranquilo y resulta más agradable a la hora de compartir cualquier tipo de relación que tenga. Por eso, busca motivos que te inspiren a ocuparte de ser feliz antes de intentar compartir algo que a nivel personal te falta por lograr.


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