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Una Impresión Psicológica del Refugiado en Guánica

Por: Dra. Lis Milland

No tomé fotos, pero cada uno de esos rostros, las lágrimas y los abrazos quedarán retratados por siempre en mi mente. Ayer pasé todo el día en el sur y fue más que activado el epicentro de mi corazón. Son de esas vivencias en las que los modelos terapéuticos de intervención en la psicología, no son suficientes, sino que es necesario desbordar el alma por completo.

Un recurso extraordinario que está allí destacado nos recibió. Esto luego de hacer por nuestra parte las coordinaciones correspondientes y explorar: ¿Qué necesitan y en qué podemos servir? y, quién nos guiaría en la experiencia para que fuera más efectiva.

Nos dieron primero un recorrido por los lugares con mayor destrucción por los terremotos. Casas que parecía que las habían implosionado. Ya en ese momento con el pecho apretado, entramos a un colmadito a refrescarnos y el silencio que nosotros llevábamos fue interrumpido por la conversación que ya allí estaba fluyendo entre los clientes y el empleado del lugar.

Un cliente: “Yo voy a casa, me baño, me visto y pongo la guagua cerca del refugio y ahí es donde duermo”.
Una cliente: “¡Ay muchacho, yo he hecho una suite en mi carro!”
Empleado: “Así es mejor; en los temblores los carros se menean mucho pero no se caen”.
Mientras escuchaba esto reflexionaba en lo curioso de que ese barrio se llama Esperanza.

Luego, entramos al sitio donde están la mayor parte de los refugiados y me llamó la atención de que están ubicados a sólo algunos pies de donde termina el área de tsunami. Y como ya mucho han dicho los expertos en sismos: “es absurdo que estén en el epicentro de los temblores y que esté toda la gente llegando allí para ayudar”.

Pero, luego de hablar con las personas refugiadas hubo unos aspectos psicológicamente profundos que pude comprender:

Duermen JUNTOS en casetas de campaña porque eso les da seguridad emocional y física.
No se quieren mover de allí porque “el que es mi vecino es el que verdaderamente entiende lo que hemos vivido”. Sienten que el de otro pueblo no los va a comprender porque no lo han vivido como ellos.
Algunos acampan o duermen en los carros frente a la casa para no perder el sentido de pertenencia de “este es mi lugar” o por miedo a que les roben lo poquito que les queda.
Hay mucha negación emocional de lo vivido y no han podido internalizar la importancia de moverse física y emocionalmente. Esto es normal porque es la primera etapa de todo proceso de pérdida.
Muchos están en shock emocional y otros pasando por depresiones mayores y desorden de estrés post traumático. Las investigaciones dicen que una de cada 10 personas que pasa un desastre natural desarrollará algún trastorno psiquiátrico.
Algunos han caído en la trampa de la dependencia y viven esperando a que les den o les resuelvan. A muchos les tuve que decir con amor: “Si, pero cuál es tu plan, el tuyo?”. La autogestión es tan importante y algunos de nuestros hermanos han perdido el rumbo.
Me di cuenta que muchas de las depresiones y lágrimas, de las que fui testigo, son porque tienen el sentimiento de que si están allí en esas carpas de refugio es porque no tienen ningún familiar que les dé apoyo. ¡Qué mucho medité en que “hay que pedir perdón y perdonar”!

Llegamos al sur desde el amanecer y salimos de noche. Un día de activar la compasión, la misericordia y la empatía. No tomé fotos porque el dolor humano merece respeto.

Tengo la esperanza de que el Sol saldrá para ellos y que en las noches verán, como nunca antes, brillar las estrellas.

Gracias a todas las personas que me ayudaron a ayudar y a las dos amigas del alma que me acompañaron. Ustedes saben quiénes son y el Señor también.

NOTA: La Dra. Lis Milland, tiene un Doctorado en Consejería de la Universidad Interamericana y una Maestría en Trabajo Social de la Universidad de Puerto Rico. Está certificada en distintas técnicas poco tradicionales para la terapia clínica de pacientes con depresión, trastornos de ansiedad y problemas de abuso de sustancias. Además, es autora de varios libros, éxitos en venta como: El perfil psicológico de Jesús, Vive libre, vive feliz y Lo que la pérdida no te puede quitar. Para Conferencias, Talleres, Retiros y Predicaciones puedes comunicarte al 787-396-8307