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Momentos y Formas Ideales para Comunicarse

Por: Myra Sánchez

A pesar de que establecer contacto hoy día es más fácil que nunca, porque tenemos medios como el celular, con video y todo, que no solo puede hacer llamadas, sino enviar mensajes, es increíble como todo el mundo parece estar tan ocupado que no tiene tiempo para mantener una buena conversación. Tan real es esto, que hay personas que lamentan que cuando por fin pueden hablar con alguien que extrañaban, no estaban preparados y terminaron solo hablando, pero no conversando. Y, es que conversar conlleva intercambio de ideas, o sea comunicarse, para lo cual es necesario hablar y escuchar.

La premisa no aplica solo entre personas distantes, si no que el caso mas grave y lamentable se da entre quienes conviven, entre parejas donde ambos trabajan y familia. Ni hablar de lo que sucede entre padres y niños, donde es urgente e importante que haya tiempo de calidad para conversar.

Y a ti también te pasa que de repente descubres que te hace falta hablar, que tienes tantas cosas que no le has dicho a quienes amas, como tu pareja, tus hijos, tu familia o amigos. Sin embargo, parecería que no tienes el tiempo, el ánimo o el interés para “comunicarte” con ellos. Y, ellos se lo toman personal… y, viceversa.

No olvides a tus seres queridos, no importa donde estés, recuerda comunicarte. Suministrada.

Esa falta de comunicación y aislamiento no lo suplen las redes sociales, ni el envío de un texto como piensan algunos, ni siquiera pasar ratitos agradables y puede provocar un sentido de rechazo que lleva a algunos a la depresión.

Por lo anterior, nos dimos a la tarea de hacer una lista sobre las circunstancias y mejores momentos para asegurarnos de ayudar y ayudarnos a lograr una mejor comunicación, efectiva y sentida, con nuestros seres queridos.

Momentos y lugares

Conversar requiere que ambas partes estén disponibles y prestos y receptivos. Para quienes conviven, sentarse a la mesa para almuerzo o cena, es buen momento para enterarse de cómo van las cosas de cada cual; buenas noticias; metas; sueños y planes en común. Si surge alguna premisa preocupante, la mesa no es el lugar para discutir problemas, pero es perfecto para acordar el momento preciso para retomar la conversación sobre lo que preocupa. Ojo, para que esto suceda, hay que sentarse a la mesa, juntos.

En la cama, la pareja duerme, lo pasa bien queriéndose y amándose. La cama NO es el lugar para conversaciones con calidad. Sin embargo, igual que la mesa, puede ser un buen lugar para hacer una cita y que ambos planifiquen en “su universo” tener una conversación posterior de calidad. Igual que la mesa, puede ser un buen lugar, si existe mutua disposición, para compartir acontecimientos del día que no sean problemáticos. Pero ojo, para ello tienen que estar juntos, acostarse juntos.
Salir a lugares tranquilos como un parque, la orilla del mar o un espacio íntimo en un restaurant también puede ser útil para una conversación de calidad entre parejas. Evita conversar donde pueda haber interrupciones.

Para conversar, tiene que haber recepción de las partes. Suministrada.

Con los hijos, las horas de encuentro al terminar el día, sin que todavía los esté venciendo el sueño, son excelentes para compartir información y consejos. También lo son para discutir agendas donde haya oportunidad de pasar tiempo juntos que todos disfruten.

Con familia y amigos. Hay que conocer las circunstancias de cada cual en torno a los mejores días y horas para hablar. Salvo emergencias reales, nunca se debe llamar al trabajo de una persona ni enviar textos que necesiten respuesta. La hora de salida del trabajo, durante el tráfico, puede ser buena para hablar y establecer una hora en que puedan conversar, algo que también puede hacerse mediante un texto. Las llamadas de rutina a cierta hora son casi un acuerdo y de no recibirla, envía un texto, no para reprochar, pero para asegurarte que todo está en orden. Esto funciona, especialmente cuando te separa la distancia de un ser querido.
Aprovecha alguna comunicación para identificar gustos y temas que puedas compartir con amigos y parientes, como series, películas, restaurantes, libros, lugares, planes, dietas, etc. De esta forma, tendrás excusa para mantenerte comunicado.
Ponte de acuerdo con familia y amigos para reunirse en algún lugar de cuando en vez y de vez en cuando. Los domingos, usualmente, son buenos y servir algo ligero y tener bebidas refrescantes y algo de música es algo sencillo que invita a pasarlo bien.

Padres e hijos tienen que establecer los mejores puentes de comunicación de forma rutinaria y no excepcional. Suministrada.

La forma apropiada

Por mal que te sientas, cuando existe la forma de comunicación, evita dedicar el tiempo a lamentos o reproches. Hasta el que entonces presta su oído y te da cariño, hasta el que te quiere de veras, luego lo piensa dos veces antes de volver a hablar contigo.
En el peor de los casos, si no tienes nada bueno que contar, pide a la otra persona que te cuente cosas buenas, algo que te hará recordar algunas vivencias pasadas que también lo fueron.
Asegúrate de que, si abordas temas sensitivos, sea porque es importante y vale la pena, y de que lo hagas sintiéndote cómoda(o) contigo misma(o) y que la otra persona esté igual.
Comienza siempre tus conversaciones y termínalas de forma positiva. Plantea el tema del cual deseas hablar e identifica la reacción inmediata de la otra persona. Esa reacción te va a dar una idea de cuán cómoda o no está la otra persona. Tal vez sea un buen momento para que le dejes expresar lo que siente al respecto. Esto es un tipo de “fact finding” y es fantástico para saber si debes modificar tu forma de plantear el tema. Si consigues que la otra persona hable, entonces tienes mejor oportunidad de solicitar que no te interrumpa luego, de forma sutil. No entres en rodeos innecesarios que aburren, molestan e invitan a discutir, tampoco pretendas que la otra persona te vea como protagonista de toda la historia en común. Cada cual carga su propia cruz.

Las parejas deben llegar a la cama juntos, para quererse y amarse, para compartir cosas positivas y poner temas en agenda. Suministrada.

Antes o después de que presentes tu idea o preocupación, expresa que esto es lo que piensas o deseas y que lo estas compartiendo porque consideras valiosa su opinión y la consideras importante para tomar una decisión.
Escucha lo que la otra persona tiene que decir, en cuyo caso, ahora eres tú quien no debe interrumpir. Muéstrate sensitivo y atento y asegúrate de no reaccionar con coraje si la otra persona no responde como esperabas. Así sabrás qué puedes esperar.
Si NO hubo buena recepción de la otra parte, aborda de forma cuidadosa puntos de desencuentro que entiendas merecen ser aclarados por alguna equivocación. Aunque no convenzas en el momento, eso es importante. De otra parte, si no es por malentendidos, si no que las diferencias son por criterios diferentes entre las partes, “vende” tu idea desde una perspectiva positiva para ambos y dale a la otra persona la misma oportunidad. Si logran mantener un intercambio fluido y respetuoso, o sea dialogar, podrán llegar a un acuerdo y mantener el canal de comunicación abierto.
Si hubo buena recepción de la otra parte, invita a la otra persona a que establezcan un plan, de común acuerdo, a corto y a largo plazo para que el tema abordado se solucione o ejecute.

Escribiendo sobre este tema, me doy cuenta de que, de alguna manera, en la vida, hasta lo mas sencillo requiere esfuerzo y negociación, requiere buena fe, buena voluntad, respeto, paciencia y mucho, mucho amor. Tenemos que ser tolerantes y entender que nadie posee la verdad absoluta ni toda la razón.

Al final, recordemos que, desde cualquier perspectiva, para que exista el dialogo hay que saber hablar y escuchar, para lo cual son necesarios la humildad, tolerancia y respeto. Ten presente en este empeño, uno de los “Cuatro Acuerdos” que aplica mucho en este caso: “No tomes todo personal”.