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Nos toca atender a “los viejos”

Por: Myra Sánchez
editorial@placerespr.com
 

Nuestra población actual es una que tiene, proporcionalmente, más ancianos y menos recursos. Por ello, prepararnos para administrar a “nuestros viejos”, o sea, a nuestros padres, se convierte en algo imperativo que no puede posponerse. De otra parte, hay muchas madres y padres relativamente jóvenes que aún con los adelantos y facilidades médicas, de forma inesperada, descubren que padecen enfermedades incapacitantes o catastróficas que limitan su independencia física y económica. En cualquier caso, tanto si los hijos viven o no en el país, deben prepararse para que, llegado “el momento”, ellos dispongan de servicios de calidad y tengan una vida digna en lo que les resta de vida.

En el caso de Puerto Rico como en muchos otros, hay más personas en necesidad que fondos del gobierno para ayudarles. De otra parte, para quien dispone de algunos fondos privados, es muy complicado conseguir personas para cuidarles en su residencia y los hogares de residencia asistida cada vez son mas costosos, porque de hecho, es mas costoso atenderles. De otra parte, existen leyes que procuran el bienestar de las personas de edad avanzada, para velar por sus intereses.  Entre estas, la Ley 121, cuya descripción por entero pueden encontrar en el siguiente enlace: https://www.lexjuris.com/LEXMATE/EdadAvanzada/lexl1986121.htm

Estén padre y madre juntos o vivan solos, los hijos son responsables de conocer toda su información para asegurar su bienestar ante cualquier eventualidad. Suministrada.

Pero, nuestra esperanza es que el amor que sentimos por nuestros padres sea suficiente para no tener que esperar que una ley determine nuestras responsabilidades.  Por ello, a continuación damos unos consejos que pueden ayudar a prepararnos para ayudar a nuestros padres de forma efectiva:

INFORMACIÓN INDISPENSABLE

  • Necesidades y Gastos

    1. Número Seguro Social
    2. Plan Médico, su pago mensual y opciones para ampliar cobertura
    3. Nombre de los médicos que le atienden
    4. Condiciones de salud presentes y anteriores, propias y familiares
    5. Confirmación capacidades para conducir y otras actividades que conlleven riesgos
    6. Medicamentos que toma, frecuencia, efectos secundarios y costos
    7. Suplementos y cualquier terapia que represente gastos
    8. Alergias a medicinas o alimentos
    9. Deducibles totales
    10. Gastos mensuales de su hogar y balances de deudas
    11. Posibles centros de cuido o personas que cuiden en el hogar
    12. Conocer su voluntad en casos de enfermedad o muerte
    13. Si tienen o no arreglos funerales
  • Ingresos

    1. Cuentas bancarias, instituciones, números y balances
    2. Planes de Retiro, activos y sin activar, institución y valor
    3. Seguros de Vida, valor, término o no
    4. Seguros de Incapacidad, cáncer, etc., valor, término o no y si está efectuando pagos
Manos madre e hija

De un día para otros, por una enfermedad o una caída pueden quedar postrados y necesitados de cuidado especial. Suministrada.

El escenario ideal es que padres e hijos se sienten a compartir toda esta información cuando todavía todo está en orden y no haya necesidades inmediatas. De acuerdo a las leyes de Puerto Rico, se considera “persona de edad avanzada” a cualquier adulto de 60 años en adelante, pero sabemos que a esa edad hay muchos que todavía están activos en términos laborales. Sin embargo, si los hijos comienzan a notar alguna señal de deterioro, tienen que acercarse a discutir con sus padres la urgencia de que les faciliten esta información.  Si hay más de un hijo, deben discutir con anticipación cómo pueden, de forma voluntaria, distribuir posibles responsabilidades, desde compañía, citas médicas, hacer compras o contribuir económicamente.   Si los padres disponen de propiedades y otros valores económicos, es recomendable la asesoría de un abogado para que se haga un testamento y se determine alguna firma en las cuentas bancarias.

Nuestros “viejos” pueden pasar a ser nuestros “hijos” en cualquier momento.  La mayoría hemos gozado de padres buenos que se han sacrificado por nosotros y merecen nuestro amparo.  No esperemos a que haya una emergencia para asegurarnos que tendremos la forma de ayudarles.

Tengamos en cuenta que el ejemplo que demos de amor y atención a nuestros padres lo seguirán nuestros hijos cuando nos toque a nosotros ser los “viejos”.  A tiempo, todo tiene remedio…


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